Contra los sobones
La asociación de mujeres cineastas apoya a las mujeres que quieran acusar
Los escándalos de Hollywood han llevado a las actrices españolas a denunciar los casos de acoso y abusos sufridos en el ejercicio de su profesión, razón por la cual la asociación de mujeres cineastas y medios audiovisuales CIMA se ha reunido para proponer una respuesta conjunta.
Leticia Dolera ha sido la última en denunciar. La actriz y directora explicaba ayer en un artículo en eldiario.es, desde su propia experiencia, cómo lidió con el acoso cuando apenas tenía 18 años, en el momento en que todo empezaba para ella.
Dolera sufrió y se asqueó, aunque entonces calló y no señaló a nadie ni dijo nada. No denunció. En ese momento, dice, no pensó que aquello fuera socialmente tan grave. Tampoco había sido una violación, se dijo entonces. Un tocamiento, recuerda...
Pero tampoco ha podido olvidar, como no han olvidado otras actrices españolas que han sufrido algo parecido en un momento u otro de sus carreras. Aitana Saáchez-Gijón, Maru Valdivieso y Carla Hidalgo, entre otras, han sumado sus
voces acusadoras a ese “yo también” que llega estos días desde Hollywood, donde las actrices acosadas por el todopoderoso productor Harvey Weinstein –más de cuarenta– han empezado a señalarle con el dedo, sin temor a las consecuencias.
Pero aquello es Hollywood. Para saber lo que pasa aquí, en España, lo que ha sucedido en realidad y lo que puede que esté pasando –y saberlo en serio– se reunían anoche, en Madrid, las mujeres de CIMA, la asociación de mujeres cineastas y medios audiovisuales. Cima fue fundada en 2006 por Chus Gutiérrez, Icíar Bollain, Isabel Coixet, Mireia Ros, Maria Ripoll y Judith Colell, entre otras cineastas, y desde entonces su objetivo ha sido siempre el mismo: destacar el papel de la mujer en la industria audiovisual española, denunciar las injusticias de carácter sexista y ofrecer alternativas para paliarlas. La asociación está formada por unas 300 profesionales del medio audiovisual: directoras de cine y televisión, guionistas, productoras, actrices, montadoras, compositoras, etcétera, con sedes en Andalucía, València, Galicia y Catalunya. Por eso, como asociación, no podían permanecer pasivas ante este alud de acusaciones de acoso, también en España.
La reunión, que empezaba ayer sobre la seis de la tarde –“la mayoría trabajamos, y no podemos empezar antes”, dice Cristina Andreu, de la junta directiva–, terminaba a altas horas de la madrugada. De esa reunión surgió la condena de cualquier abuso en cualquiera de los sectores profesionales, entre otros puntos del orden del día. “Por supuesto, apoyamos a cualquier mujer que desee contar su caso en particular”, dice Andreu.
La Academia del Cine española, por su parte, anunció en el festival de Valladolid su compromiso con las mujeres de CIMA. En Catalunya, Isona Passola, presidenta de la Acadèmia del Cinema Català, también muestra su solidaridad y piensa una encuesta para conocer, más allá de las acusaciones puntuales –todavía sin ningún nombre concreto– la extensión y profundidad del problema sería una buena idea “para saber de qué estamos hablando en realidad”.
Las actrices, de momento, no dan nombres ni señalan con el dedo a nadie. Para unas, entrar en ese juego sería como empezar una caza de brujas. Para otras, en cambio, el silencio es la mejor manera de evitar purgas y limitar consecuencias. “En una industria en la que hay tan alto nivel de desempleo, ¿quién se arriesga?”, dice una cineasta que prefiere que su nombre permanezca en el anonimato.
Lo cierto es que tras semejantes hechos, aquí y en California, en la industria del cine o en la del automóvil, siempre hay un abuso de poder. Un poderoso que toma ventaja de su posición y de fuerza. En eso todas están de acuerdo.
LA MAGNITUD DE LA TRAGEDIA
Aitana Sánchez-Gijón, Maru Valdivieso y Carla Hidalgo, entre otras, denuncian agresiones
PREGUNTAS A LAS INTÉRPRETES Isona Passola muestra su solidaridad y apoya la creación de una encuesta sobre abusos