La Vanguardia

Turquía mantiene en prisión al presidente de Amnistía Internacio­nal

- ESTAMBUL

Un tribunal de Esmirna ordenó ayer que se mantenga en prisión al presidente de Amnistía Internacio­nal en Turquía, Taner Kiliç, horas después de que otro tribunal pusiese en libertad a la directora de la oenegé.

Kiliç, jurista, fue detenido en junio bajo acusación de pertenenci­a “a una organizaci­ón terrorista armada”, en referencia a la cofradía del predicador Fethullah Gülen, a la que Ankara acusa de estar detrás del golpe de Estado fallido de verano del 2016.

El miércoles, un tribunal de Estambul decretó la libertad con cargos a ocho activistas de derechos humanos, entre ellos la directora de Amnistía Internacio­nal en Turquía, Idil Eser. Esta fue detenida en julio junto a otros nueve activistas, acusados de ser activistas terrorista­s. Entre los puestos en libertad condiciona­l también está el nacional alemán Peter Steudtner y el sueco Ali Gharavi. Steudtner pudo regresar ayer a Berlín, confirmaro­n las autoridade­s alemanas.

En este mismo caso está también acusado Kiliç, y el tribunal de Esmirna que ayer decidió mantenerlo en prisión lo juzga por ambas causas.

“En las últimas 24 horas hemos visto las maniobras de manos dobles del caprichoso sistema judicial turco. Mientras uno otorga libertad, el otro la quita, basándose en acusacione­s no menos infundadas”, denunció el secretario general de Amnistía, Salil Shetty.

Kiliç rechazó las acusacione­s “abstractas” y aseguró que está siendo juzgado por sus “actividade­s en nombre de Amnistía”, indicó la oenegé en Twitter.

La principal prueba que blande la fiscalía en su contra es que tenía descargada en su móvil la aplicación de mensajería ByLock, presuntame­nte usada por los seguidores de Gülen. Amnistía, sin embargo, asegura que dos expertos independie­ntes han examinado su teléfono móvil y no han encontrado rastro de la aplicación.

También se acusa a Kiliç de haber tenido una cuenta en Bank Asya, un banco vinculado al movimiento de Gülen, que vio revocada su licencia tras el golpe fallido. “Es imposible deducir que una persona es miembro de una organizaci­ón (...) a partir de la apertura de una cuenta en un banco vinculado a esta organizaci­ón”, replicó Amnistía.

Los juicios a los activistas intensific­an las inquietude­s europeas sobre el retroceso de las libertades en Turquía tras el golpe, tras el cual unas 50.000 personas han sido detenidas, incluidos decenas de periodista­s críticos y miembros de la sociedad civil.

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