Europa, a la espera de los pasos que permitan rebajar la tensión
Juncker niega que haya represión o una mayoría independentista en Catalunya
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en el pleno del Parlamento Europeo, el martes en Estrasburgo Europa sigue de cerca la evolución del conflicto político en Catalunya, a la espera de que se produzca algún paso que permita rebajar la tensión y lanzar el diálogo entre Madrid y Catalunya que como instituciones y gobiernos llevan semanas pidiendo. Los contactos del Gobierno español en los últimos días le han permitido seguir contando con el pleno respaldo de Europa, pero también para
advertir que hay un deseo generalizado por reducir la intensidad de la crisis. El conflicto catalán molesta en el discurso optimista adoptado por la Unión Europea en los últimos meses, ahora que al fin siente que tiene el viento a favor, en términos económicos y políticos, para cohesionarse y dar pasos adelante en la integración.
Uno de los mensajes que la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, a través de su presidente y de los diferentes grupos políticos, transmitieron el martes al ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, en Estrasburgo es que el Gobierno debería ser cuidadoso en la
aplicación del artículo 155 para que no derive en situaciones de violencia policial como las del pasado uno de octubre. Las imágenes de aquella jornada provocaron una fuerte conmoción en la opinión pública europea, lo que llevó a las instituciones de la Unión y a algunos dirigentes nacionales a censurar la actuación del Gobierno español. Hasta entonces, se había evitado deliberadamente criticar a su presidente, Mariano Rajoy, para no debilitarlo frente al reto independentista.
La montaña rusa de emociones y anuncios políticos que ayer se vivieron en Barcelona y Madrid fueron
seguidos con atención por los medios de comunicación internacionales, confundidos por los sucesivos aplazamientos de la comparecencia del president de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Ante lo que se perfilaba como una posible salida a la crisis, su declaración institucional fue retransmitida en directo por cadenas como la BBC, CNN o Al Jazeera. Las expectativas creadas por las filtraciones a lo largo del día, difundidas por las agencias de prensa internacionales, llevaron por ejemplo a la versión digital del semanario alemán Der Spiegel a enviar una alerta informativa a sus abonados anunciando la convocatoria de elecciones anticipadas en Catalunya, mensaje que corrigieron minutos después.
El resultado de las deliberaciones del Govern desconcertó a algunos periodistas. “Día caótico en Catalunya”, avanzaba el corresponsal en España del Financial Times, Michael Stothard. Puigdemont “debe de ser líder mundial en elecciones e independencias no declaradas”, ironizaba en Twitter Christoph Schmidt, periodista del diario holandés Trouw en Bruselas. “Esto es estirar eternamente el juego de la gallina”, comentaba en privado el corresponsal destacado medio anglófono. Chanzas aparte, la conclusión general de la prensa europea ayer fue que la crisis se agrava.
Desde Lisboa, durante una visita oficial al país vecino, el presidente de la Comisión Europea,
Los medios internacionales se hacen eco de la confusión y el caos de la jornada de ayer
Jean-Claude Juncker, habló también sobre Catalunya, y lo hizo para negar que haya un problema de derechos humanos o que haya una posición inequívoca por parte de la población a favor de la independencia, como asegura el Govern y algunos movimientos sociales. “Los catalanes, a los que adoro y cuya cultura y forma de ser respeto mucho, no están oprimidos en España”, por lo que “no hay que hacer paralelismos con Eslovenia u otros países de la ex-Yugoslavia”, declaró anteanoche Juncker en una entrevista con la televisión pública portuguesa, RTP.
El referéndum del 1-O, añadió Juncker recordando que fue declarado ilegal por el Tribunal Constitucional español, “no tuvo una participación que nos permita decir que la voluntad total del pueblo catalán sea la que el Govern pretende”. Preguntado por si la situación se ha desbordado, el jefe del ejecutivo comunitario admitió que “un poco sí” pero ha sido, enfatizó, porque el Govern y parte del Parlament se han colocado fuera de la legalidad.