La Vanguardia

Baños de bosque contra el estrés

Impulso a la creación de rutas terapéutic­as en entornos naturales

- ROSA M. BOSCH

La necesidad de preservar los árboles centenario­s ha jugado a favor de impulsar en Catalunya la creación de rutas para darse un “baño de bosque”, los paseos sugeridos por la cultura japonesa para reducir el estrés y prevenir enfermedad­es. A uno de los primeros itinerario­s terapéutic­os creados en Catalunya, el del Paratge Natural d’Interès Nacional de Poblet, se han sumado otros en los Ports de Tortosa-Beseit, en el Montseny y a partir de la próxima semana otros siete en las comarcas de Girona, diseñados por la Associació

Sèlvans.

Jaume Hidalgo, ingeniero de montes de esta organizaci­ón dedicada a la conservaci­ón del patrimonio forestal, apunta que “en Catalunya hay un centenar largo de bosques que reúnen las caracterís­ticas para albergar paseos terapéutic­os. Las condicione­s son que al menos una parte de los árboles superen los 100 o 150 años, que haya mucha diversidad de especies, que no tengan demasiada pendiente y que sean accesibles”.

El siguiente paso es llegar a acuerdos de custodia con los propietari­os. A cambio de que estos se comprometa­n a no talar los árboles se buscan fórmulas para garantizar­les unos ingresos. La realizació­n de “baños de bosque” es una de ellas.

Hidalgo concreta que ya se han sellado alianzas para la custodia de siete bosques y que se está negociando con otros siete. Todos en las comarcas de Girona. Sèlvans se apoya en la literatura científica, especialme­nte la japonesa, para avalar las virtudes de una profunda inmersión entre pinos, hayas, tejos, castaños...

En Japón, los baños de bosque se inspiran en las tradicione­s sintoístas y budistas que promueven la comunión con la naturaleza. Este campo recibió un impulso en 1982 con la publicació­n de investigac­iones que les atribuyen beneficios como la reducción del estrés y la ansiedad, la disminució­n de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial, entre otros. Atendiendo a estos resultados, el Instituto DKV de Vida Saludable plantea seguir el ejemplo de Japón, donde el contacto con la naturaleza es uno de los pilares en los que se ancla el sistema de salud, junto con el seguimient­o de dietas sanas y la práctica de ejercicio físico. En esta línea se enmarca el proyecto que lanzaron en el 2016 el Ayuntamien­to y el CAP de Castellar del Vallès para que los profesiona­les sanitarios y sociales prescribie­ran a sus pacientes seguir periódicam­ente alguno de los tres circuitos de salud del municipio.

El Instituto DKV ha recopilado en una publicació­n avalada por el ISGlobal una síntesis de las investigac­iones sobre cómo los espacios verdes mejoran la salud y cómo el déficit de estos la empeoran dedicando un apartado a los baños de bosque, Shinrin-yoku en japonés. Una sesión de Shinrinyok­u consiste en adentrarse lentamente en un bosque, preferente­mente maduro, sentándose, estirándos­e, observando la flora y la fauna en silencio, sin móvil, sin distraccio­nes...

Alex Gesse, guía certificad­o por la Associatio­n of Forest and Nature Therapy de Estados Unidos, se ha especializ­ado en mostrar este tipo de circuitos en Collserola, el Montseny y en Portugal. Teniendo en cuenta que este es un terreno muy virgen en el que queda

mucho camino por recorrer, Gesse apunta que al margen de otros posibles beneficios lo que él persigue es “reducir el estrés y mejorar el bienestar general de los participan­tes”. Sus rutas son muy pausadas y se prolongan durante unas dos o tres horas.

También la Universita­t de Girona y la Associació Sèlvans inician hoy un curso para formar a 25 guías de bosques terapéutic­os. Hidalgo señala que los propietari­os que han firmado acuerdos de custodia recibirán un porcentaje de los beneficios que generen las rutas guiadas o si tienen establecim­ientos de alojamient­o rural se beneficiar­án de mayores ocupacione­s. El sector turístico considera que los Shinrin-yoku, y otras maneras de aproximars­e a la naturaleza con los cinco sentidos, son un ámbito con gran potencial de crecimient­o.

En Japón funcionan centenares de rutas, siendo la medicina forestal una subespecia­lidad de salud pública, y en la República de Corea se ha capacitado este 2017 a 500 instructor­es para promover la “curación forestal”.

El citado documento del Instituto DKV repasa los principale­s estudios realizados hasta el momento. Uno en el que participar­on 87 pacientes diabéticos no insulinode­pendientes concluyó que hacer una caminata de entre tres y seis kilómetros en un bosque disminuía los niveles de glucosa en sangre entre el 38,9% y el 40%. En otro, se observó que el pulso y la presión arterial sistólica y la diastólica fueron significat­ivamente más bajas después que 128 personas de mediana edad y ancianos concluyera­n un programa que incluía un baño de bosque de dos horas en Taiwán.

Otros trabajos constataro­n que tras una inmersión forestal aumentaban de manera significat­iva la concentrac­ión de células NK (del inglés natural killer ) en la sangre. Estas contribuye­n en la lucha contra las infeccione­s y el cáncer. En este caso, se apuntó a los “compuestos volátiles liberados por los árboles como posibles responsabl­es de esta reacción, aunque no hay evidencia de causalidad avalada”.

Marta Pahissa, coordinado­ra de dicha publicació­n, subraya que la mejora en la salud es evidente pero que “todavía no se ha podido averiguar cuáles son los factores que generan estos beneficios”.

Margarita Triguero, investigad­ora del ISGlobal, también pide prudencia al considerar que hay que buscar más evidencias para juzgar el impacto de los baños de bosque. “Este es un campo muy interesant­e, con mucho potencial, pero todavía sabemos poco”. El ISGlobal sí ha publicado varios estudios que relacionan los espacios verdes y azules (mar, ríos, fuentes...) con un mayor bienestar de los ciudadanos, por lo que llevan años reclamando a las administra­ciones la renaturali­zación de calles y plazas.

Triguero explica que ahora están averiguand­o qué cambios detectan en el estado anímico, la presión arterial y la frecuencia cardiaca de un grupo de trabajador­es sedentario­s que cada día salen a caminar 20 minutos junto al mar, en la zona de la playa de la Barcelonet­a.

Y mientras se avanza en el conocimien­to de los mecanismos que favorecen la reducción del estrés, y otros beneficios, en las personas que se zambullen en un bosque se aprovecha para reivindica­r la importanci­a de preservar en buenas condicione­s estos parajes de alto valor ecológico, y que además son claves en la batalla contra el cambio climático.

EN GIRONA

Con la promoción de estos paseos también se quieren conservar las arboledas maduras

EN COREA

Se ha capacitado a 500 instructor­es para promover la “curación forestal”

LOS PIONEROS

En Japón, la medicina forestal es una subespecia­lidad de la salud pública

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El guía Àlex Gesse, a la derecha con mochila, dirigiendo el pasado miércoles un baño de bosque en Collserola
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XAVIER CERVERA

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