Pasión por el servicio
SALVADOR SEDÓ MARSAL (1936-2017)
El martes, a las seis de la mañana, leía el watsap del amigo y correligionario de Unió Salvador Sedó Alabart: “Lamento deciros que mi padre ha muerto hace un rato. Rogad por él y tenedlo en el recuerdo”. Anunciaba la muerte de quien fue amigo y militante de Unió, Salvador Sedó Marsal. A los 81 años, su alma traspasó cristianamente y en paz. Murió en Reus, ciudad que siempre marcó su personalidad y por la que sentía emoción y devoción. Y murió con amor y pasión por la familia, como lo simboliza mejor que nada que las últimas horas las pasara con la mano apretada por la de su mujer, Carme.
Sedó era doctor ingeniero industrial de la Universitat Politècnica de Catalunya. Ejerció libremente la profesión y lo hizo también en varias empresas. Profesor y director del Institut de Formació Professional de Reus. Experiencia en el ámbito de la enseñanza, que lo llevó a servir en el ejercicio de su vocación política como delegado territorial de Ensenyament, primero, y después como director general de Ensenyaments Professionals i Artístics i de Programació del Departament d’Ensenyament de la Generalitat. Siempre se sintió particularmente orgulloso de esta etapa. Acostumbraba a recordar aquellos domingos que, de pueblo en pueblo, asistía a la inauguración de escuelas construidas bajo su dirección.
El servicio público, por vía de la política, lo había iniciado en el primer ayuntamiento democrático de Reus. Pero no fue sólo desde el consistorio donde trabajó por su querida ciudad. Es poco conocida, pero es de justicia recordar, que su mediación fue muy importante para que se instalara en Reus la facultad de Medicina. A raíz de la campaña ciudadana liderada por la sociedad civil para reivindicarla, él intercedió tanto ante el rector Badia i Margarit y la misma Generalitat.
Pero donde más tiempo se dedicó a la actividad política fue en el Congreso de Diputados. A lo largo de cinco legislaturas, dejó la huella de un parlamentario eficaz, técnicamente muy preparado y proclive al acuerdo por la vía de una incansable capacidad de diálogo. Si bien llegó a presidir la comisión de Industria, Energía y Turismo, fue en las infraestructuras donde más intensamente trabajó. En el Puente Aéreo oímos decirle una y cien veces que quería viajar en la ventana para repasar el grado de realización de las infraestructuras presupuestadas. Ponente por CiU del proyecto de Plan Hidrológico del PP, se esforzó por evitar una medida que veía injusta para las Terres de l’Ebre.
Salvador era querido. El miércoles, la iglesia de Sant Joan de Reus llena transpiraba afecto y amistad hacia el marido, el padre, el abuelo, el amigo, el político... Lo acompañamos compañeros del Congreso de CDC, de Unió, alcaldes de Reus. Dirigentes de partidos muy diversos han acompañado a la familia estos días presencialmente o con llamadas y mensajes. Era una buena persona. Siempre recordaré el final de un mitin en 1992 cuando su hijo era candidato por las juventudes de Unió Democràtica. Se acercó un ciudadano diciendo que había asistido pensando que el que hablaba era su padre, un “hombre bueno”.
Hace unos meses lo visité en el hospital. Hacía días que no quería comer. Fuimos con Jordi Casas y Sánchez Llibre, con quién compartió escaño en el Congreso. Nos emplazamos a compartir en su casa un arroz de los buenos que hace su esposa Carme. Ya no lo podremos hacer. Pero aquel instante de emotiva felicidad y los años de amistad forjados en Unió no los podremos olvidar. Nos ha dejado deseando hacerse militante del nuevo partido Units. Riñó a su hijo por no afiliarlo desde primera hora. Será como si estuviera. Su testimonio no lo borrará el polvo del camino. Por mucho polvo que haya, que hay mucho.