El Girona, con el Madrid en la cabeza
Difícilmente la Copa puede ser un objetivo prioritario entre dos equipos recién ascendidos que tienen como reto la permanencia en Primera. Y en el caso del Girona hay que añadir la historia, que dice que hasta ahora nunca ha conseguido superar los dieciseisavos de final. Todo hace pensar que, después del 0 a 2 encajado ayer en Montilivi, éste tampoco será el año.
Los dos conjuntos apostaron por dar minutos a los menos habituales. La convocatoria de Juan Ramón López Múñiz ya era toda una declaración de intenciones mientras que, al otro lado, Pablo Machín también lo puso de manifiesto con un once plagado de jugadores que, exceptuando el partido de Copa Catalunya contra el Llagostera, todavía no habían tenido minutos, como el delantero Marlos y los defensas Planas y Timor, aparte de Muniesa, que reaparecía después de un mes lesionado.
Contagiados por un Montilivi que sólo registró media entrada –la peor de la temporada– y sin referencias explícitas a la situación política actual antes de recibir el domingo al Real Madrid, los dos equipos salieron con las pulsaciones más bajas que de costumbre y apenas pusieron en problemas las porterías. Con el paso de los minutos, los locales fue cogiendo el control y empezaban a llegar con más peligro al área visitante, sobre todo por las bandas, Mojica por la izquierda y Maffeo por la derecha. El argentino fue de los que ayer no descansaron. Fue a cinco minutos del descanso cuando el Levante, en una contra perfectamente conducida por Morales, aprovechó la única ocasión hasta el momento para adelantarse en el marcador con una diana de Boateng. La segunda parte arrancó con la oportunidad más clara para el Girona cuando Ramalho remató a bocajarro una nueva falta lateral botada por Granell, auténtica especialidad del equipo para encontrar el camino del gol en el primer tramo de la temporada.
En esta ocasión, sin embargo, el portero Oier desvió a córner, haciendo gala de unos grandes reflejos. Instantes después, Olunga remataba demasiado blando un centro de Maffeo. Y mientras el Girona dominaba buscando la igualada, con Marlos desperdiciando otra ocasión después de rematar demasiado forzado un servicio lateral de Olunga, el Levante marcaba el segundo al cuarto de hora con un remate de cabeza de Doukouré a la salida de un córner. Un resultado que los visitantes defendieron sin excesivos problemas hasta el final, excepto por algún chut lejano de Borja o Kayode que, entrando frescos desde el banquillo, habrían podido poner el Girona dentro de la eliminatoria.
Antes de volver a verse las caras en el partido de vuelta, los dos equipos se han citado otra vez dentro de diez días en tierras valencianas para enfrentarse, esta vez, en partido de Liga.
POCA TENSIÓN
Sin referencias políticas en la grada, el partido volvió a confirmar la poca química del Girona con la Copa