Cuestión de términos
Los independentistas prefieren nombrar a sus oponentes globalmente como unionistas , lo cual, desde la perspectiva catalana, proporciona apoyos populares. Lo prefieren a contraponer independentista a autonomista,
pues no está tan claro que aquella fuese la prioridad de un posible electorado al que se le diese la oportunidad de decidir entre independencia y autonomía.
A su vez los recalcitrantes franquistas utilizarán el término separatismo frente al de independencia, lo que recuerda el anatema de la tríada diabólica de la propaganda franquista comunismo-masonería-separatismo, a la que parece que algunos todavía profesan devoción.
También, en el caso del independentismo se prefiere la titulación república catalana para contraponerla no a la autonomía, sino a la decimonónica monarquía,
por las mismas razones. Cuestión de términos, sí, pero también de conseguir amplias adhesiones a propuestas y proclamas cuyo contenido en realidad se debate poco, quizás porque el debate está fuera de los objetivos de los dirigentes, quizás porque el eslogan es más comúnmente aceptado que el razonamiento. SANTIAGO QUESADA
Vilobí del Penedès