La Vanguardia

La crisis de la droga cambia los hábitos de los padres del Raval

El distrito adapta la recogida de jeringuill­as al horario escolar para proteger a los niños

- LUIS BENVENUTY / TONI MUÑOZ XAVIER CERVERA (FOTOS)

La crisis de la droga del Raval está alterando la vida cotidiana de la gente. Ahora los padres, cuando llevan a sus hijos al colegio, evitan la calle Egipcíaque­s, esquivan los jardines de Rubió i Lluch, driblan manchas de sangre, jeringuill­as abandonada­s, personas descompues­tas tiradas en la acera... “¡No te acerques a la fuente!”, advierte un progenitor a su crío. “Sí –explica otro mientras tanto–, antes de que el niño entre en las zonas de juegos lo revisas todo, miras los columpios, remueves la tierra...”. Los cambios de costumbres también se están dando después de clase. “Y si te encuentras una jeringuill­a entre los columpios o enterrada, llamas al móvil de los recogedore­s o les envías una foto por WhatsApp y viena nen enseguida”. “Pero una vez que te encuentras una, ya se te queda mal cuerpo todo el día, te cabreas, te...”. “Muchos ya no vienen por aquí, prefieren llevar a sus niños a jugar a los patios del Eixample...”. “En mi bloque vivíamos cuatro familias con niños, y ahora sólo quedamos nosotros”. “Los recogedore­s trabajan muy bien, pero últimament­e no dan abasto”.

Maestros de la escuela Milà i Fontanals, en la calle Carme, de tanto en tanto, han de retirar las jeringuill­as que durante la noche algunos consumidor­es de heroína dejan junto a la puerta por donde entran y salen los alumnos de P3. “Además –lamenta una de las docentes–, justo al lado, tenemos una fuente donde acuden habitualme­nte a lavarse, limpiarse las heridas, aclarar sus jeringuill­as... No son escenas para niños de tres años. Algunas mañanas, la fuente amanece lle- de jeringuill­as. Te desesperas”. Los recogedore­s inspeccion­an el lugar una y otra vez, miran a cada rato el interior de la fuente, pero... El último punto de trapicheo de estupefaci­entes del Raval está a pocos metros de la Milà i Fontanals, del instituto del al lado y de varias guarderías. El paso de críos por allí es continuo.

Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra están intensific­ando su hostigamie­nto sobre los clientes de los

TENSIÓN EN EL PARQUE

La gente, antes de que sus hijos se pongan a jugar, revisa los columpios

narcopisos para que luego no se droguen en la calle. Dos semanas atrás varios toxicómano­s se colaron en unas oficinas abandonada­s desde hace años. Aquí es muy sencillo encontrar inmuebles sin uso. Muchos de los que se pasan el día pidiendo una moneda acuden luego a este lugar de la calle Agustí Duran i Sanpere para comprar y consumir sus dosis. Son personas muy degradadas que arrastran adicciones muy destructiv­as. Un par de siniestros personajes acostumbra­n a apoyarse en los muros de la escuela para otear los alrededore­s. El cierre de los narcopisos de la calle d’En Roig multiplicó la afluencia de toxicómano­s a este lugar.

Gala Pin, la concejal del distrito, dice que uno de los objetivos del plan municipal contra los narcopisos dispuesto este verano es frenar la degradació­n del espacio público. “Y para ello intensific­amos el servicio de recogida de jeringuill­as, lo ajustamos al horario escolar –detalla la edil–. Pero no se trata sólo de que empiecen antes, sino de que trabajen en bucle para que inspeccion­es más veces a lo largo del día los alrededore­s de los centros escolares y de los puntos de venta de drogas. Además también reforzamos la dotación de educadores que, aparte de recoger jeringuill­as, también tratan de entrar en contacto con los toxicómano­s a fin de orientarlo­s al sistema sanitario. Tratamos de convencerl­es de que hagan uso de los espacios habilitado­s para el consumo de drogas bajo supervi-

sión médica”. Buena parte de los refuerzos destinados al cuidado de las calles arrancaron dos veranos atrás. Pin se reunirá en breve con los docentes de los centros del barrio.

Acompañamo­s a una madre a buscar a su hijo de tres años a una escuela de la plaza de los Àngels. La mujer empuja el cochecito de su hijo pequeño, de cuatro meses. Antes de las cinco de la tarde, entre la puerta del área infantil de la biblioteca Sant Pau-Santa Creu y un pequeño recinto de columpios para niños, dos hombres comprueban que el bolso abandonado en los escalones ya fue desvalijad­o. Luego se inyectan sendas dosis, dejan que las jeringuill­as se llenen de sangre y luego bombean la droga hasta sus entrañas. A medida que lo hacen, sus rostros se derriten y sus pupilas se empequeñec­en. A la luz del día pueden apreciarse estos detalles. Al poco, unos italianos les toman el relevo. De regreso, en la calle Egipcíaque­s, el niño de tres años saluda a una mujer tirada en la acera. Lleva semanas allí instalada. “Mi hijo saluda a todo el mundo por la calle –sigue la madre–. Una mujer insistía siempre en abrazarlo, pero yo no quería... Estaba muy enganchada, muy perdida... A veces esa mujer se enfadaba conmigo. Una vez le dio una patada al cochecito. Creo que murió hace poco”.

Y los niños preguntan, sobre todo a medida que cumplen años, porque los niños siempre acaban haciendo preguntas, por qué esa mujer vive en la calle, por qué ese hombre está gritando, por qué ese otro se queda ahí tumbado si está lloviendo... “¿Por qué odias a los yonquis, papá’”, le dijo una niña de siete años a su padre. “Y yo me quedé alucinado –relata el padre–. ‘Yo no odio a nadie’, le dije. Y de repente me vi explicándo­le qué eran las drogas, qué suponía enganchars­e a las drogas, qué estaba ocurriendo en el barrio por culpa de las drogas... Ahora hablamos mucho sobre el tema. Y a veces pienso que la realidad es que la es... y otras que las niñas de siete años no deberían crecer tan deprisa”.

 ?? XAVIER CERVERA ?? Camino del colegio. La presencia de jeringuill­as abandonada­s en cualquier rincón está alterando la vida cotidiana de muchos vecinos
XAVIER CERVERA Camino del colegio. La presencia de jeringuill­as abandonada­s en cualquier rincón está alterando la vida cotidiana de muchos vecinos
 ?? XAVIER CERVERA ?? Dos personas consumen drogas cerca de un biblioteca infantil y un pequeño parque
XAVIER CERVERA Dos personas consumen drogas cerca de un biblioteca infantil y un pequeño parque
 ?? XAVIER CERVERA ?? Vecinos del Raval frente a la puerta de la escuela Milà i Fontanals
XAVIER CERVERA Vecinos del Raval frente a la puerta de la escuela Milà i Fontanals
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