Mariano Rajoy
Tengo la sensación, muy extraña, de que se ha proclamado la independencia con euforia reducida. Sí, en un amplio sector emotivo de la población, pero moderada entre los diputados de Junts pel Sí, que no dan una imagen ni de fiesta ni de cohesión. En el hemiciclo, Carme Forcadell, en una lectura colegial y nada épica, lee la resolución donde se proclama la independencia. Alegría popular, contención política. Es mediodía. La radio, siempre la radio, sigue informando en un agotador non-stop.
Por la noche, Rajoy, en una decisión muy hábil, anuncia un 155 con elecciones el 21 de diciembre. Pelota al independentismo: si es sí, ¿juntos o separados?; si es no, ¿república no reconocida y un no independentista como presidente electo? Política.