Apuesta por la seriedad
Serios o brillantes. Cuando uno se pregunta cuál es la mejor táctica que puede emplear un entrenador, creo que sólo hay una. Y es aquella táctica que te permite ganar siempre que tu equipo rinda a un buen nivel, casi siempre que tu equipo lo haga medianamente bien, pero que jamás te haga perder cuando tu equipo no lo hace bien. ¿Qué vale más la pena, forzar tu fútbol para obtener la máxima brillantez futbolística, o bien es mejor optar por diseñarlo hacia un buen rendimiento ofensivo o defensivo? Parece que la hoja de ruta de Valverde ha escogido inteligentemente la opción de la seriedad.
Algo a lo que los aficionados culés deberán quizás acostumbrarse, ya que la filosofía de la entidad ha sido muy distinta y a veces las prestaciones ofensivas de los azulgrana parecen empobrecidas. Pero ayer eso sucedió exageradamente.
Posesión o repliegue. Esta reflexión nos conduce inmediatamente a que el concepto de obsesionarse con establecer los mecanismos defensivos a través de la posesión de la pelota se ha diluido y no puede suceder. Ahora la prioridad de Valverde es que las situaciones defensivas se establezcan mediante el repliegue de sus jugadores del centro del campo. Hubo una jugada que delató esa obsesión en un contragolpe del Athletic en el minuto 41. El Barcelona había llegado al campo contrario, y los vascos recuperaron el esférico y se lanzaron al contragolpe. No lo pudieron hacer en vertical, debiendo hacer un desplazamiento largo en diagonal. Esos segundos perdidos permitieron que cuando el Athletic llegó a 5 metros del área de Ter Stegen hubieran hasta 8 jugadores azulgrana en tareas defensivas.
Hábitat para centrales. Los jugadores llegan a mostrar su máximo valor en la medida en que en el campo se genera el mejor hábitat posible para explotar sus condiciones. Este año lo estamos viendo, por ejemplo, con la obsesión de Valverde de jugar siempre con las líneas juntas, favoreciendo que el repliegue exista prácticamente más por el orden que mediante el esfuerzo. Y eso refuerza a Iniesta como jugador, mucho menos eficiente cuando las líneas están separadas. Pues ese mismo repliegue fortalece el potencial de los centrales. Ya que en ningún momento se desgastan saliendo a posiciones entre líneas. Pueden vivir constantemente pendientes de lo que sucede en su entorno más cercano. Y algo muy importante: al tener que tomar menos decisiones sufren menos estrés mental, dudan menos y pueden actuar con más decisión.
Salida de balón. Falló muchísimo en el día de ayer. Valverde acertadamente situó un centro del campo fuerte para compensar el físico de los jugadores del Athletic, sobre todo a balón parado. Pero teniendo preparado el plan B que se supone que debía ser que una vez desgastados ambos equipos, aparecieran jugadores con más manejo de pelota y movilidad. Pero el plan A se diluyó antes de hora y eso hizo que Valverde dudara con la segunda opción.
Pero la colocación del jugador más inteligente del Barcelona, Sergi Roberto, en la media, cambió el panorama. Pero a mí me faltó ver las conducciones de Piqué y su salida de balón dividiendo la marca de los centrocampistas.