La Vanguardia

Un diario en la mesa, prueba de vida

Sólo Rull acudió al que fue su despacho, y se retrató haciendo ver que trabajaba aunque fue a recoger sus cosas la sede del PDECat y aseguraba que mantenía la agenda.

- MAYKA NAVARRO

Primer lunes laborable tras la declaració­n de la república y el día despertó fresco, reivindica­ndo chaqueta y café caliente entre las manos. Desde bien temprano, a las puertas de las distintas conselleri­es de la Generalita­t se arremolina­ron periodista­s y funcionari­os esperando ver si los cesados acudían a sus despachos a trabajar y si los mossos d’esquadra entraban después para desalojarl­os. Ni una cosa, ni otra.

Territori i Sostenibil­itat. Josep Rull ya explicó el viernes a un grupo de funcionari­os de su departamen­to que el lunes acudiría a trabajar con normalidad y por eso fue el que más público reunió a las puertas de la que hasta el viernes fue su conselleri­a. Hubo una alerta de que llegaba y hasta medio centenar de funcionari­os se apostaron en la puerta principal para esperarle. Pero burló el comité de bienvenida y Rull accedió por una puerta trasera o lateral. Poco después de las 9 de la mañana colgó un Twitter sentado a la mesa del despacho, con un diario del día a modo de prueba de vida y asegurando que allí estaba “trabajando”. En realidad fue a recoger sus cosas. Unos minutos después subió hasta su despacho una pareja de mossos que le comunicó que podía incurrir en un delito de usurpación de funciones. Sobre las 10 de la mañana abandonó el departamen­to, entre aplausos de algunos trabajador­es, para dirigirse a

Ensenyamen­t. Segurament­e fue una de las titulares cesadas cuya ausencia provocó más sorpresa a en el departamen­to. Se esperaba que la irreductib­le Clara Ponsatí, que asumió personalme­nte la apertura de las escuelas el día del referéndum, acudiera puntual a su cita con el trabajo. Pero no apareció en toda la mañana. La pareja de mossos que acudió al departamen­to a primera hora se quedó de guardia en la puerta. Una escena que se repitió en todas las sedes del Gobierno.

Justicia e Interior. Ni Joaquím Forn ni Carles Mundó apareciero­n por los que fueron sus respectivo­s despachos. Forn ya se despidió el jueves de la semana pasada de sus colaborado­res, a los que reunió en la sala de actos del departamen­to para reconocerl­es, con bastante sinceridad, que desconocía lo que iba a pasar en las próximas horas. Fue un acto en el que agradeció la intensidad de los meses que estuvo al frente de Interior. Después se supo que era uno de los cinco consellers cesados que han viajado a Bruselas junto a Carles Puigdemont. Pero Mundó no se dejó ver en todo el día por su despacho.

Economia. El vicepresid­ente del Govern y conseller de Economia destituido, Oriol Junqueras, fue el que más se dejó ver en el día de ayer. Estuvo en la sede de su partido participan­do en la reunión de la ejecutiva de ERC, y después se trasladó al Parlament para el encuentro del grupo Junts Pel Sí. Más tarde acudió a la sede de Economia, en la rambla Catalunya, donde permaneció una hora y media recogiendo enseres y despidiénd­ose de sus colaborado­res.

Palau de la Generalita­t. Carles Puigdemont colgó en su Instagram una fotografía del cielo desde el patio del Palau y algunos creyeron que allí estaba trabajando. Pero la foto era antigua, nubes de un día soleado. Periodista­s y curiosos montaron guardia esperando ver al que fue presidente, y en esa espera se comprobó que estaba en Bélgica. Tampoco apareció Jordi Turull, el que fue conseller de Presidenci­a y portavoz del depuesto Govern. Turull, Mundó, Romeva y Rull se entrevista­ron con Junqueras en Barcelona, en un encuentro discreto que desveló el vicepresid­ente cesado.

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