Los internautas recelan del uso de sus datos por empresas
La mitad desconfía de los aparatos que monitorizan la actividad
A medida que adoptamos un estilo de vida más conectado, aumenta la percepción sobre los riesgos y el precio que tenemos que pagar por ello. Esto es lo que se desprende del estudio Connected life, elaborado por la consultora Kantar TNS –con una muestra de 70.000 personas de 56 países–, en el que un 61% de los internautas españoles entrevistados expresó su preocupación por la cantidad de datos personales que las empresas tienen sobre ellos. Esta cifra se sitúa en los mismos niveles que los de Estados Unidos (60%), aunque por debajo de los de Polonia (72%), y 21 puntos por encima de los resultados a escala mundial, que es de un 40%.
Del mismo modo, un 53% de los españoles que han participado en el estudio dicen ser reticentes a conectarse a dispositivos que monitorizan su actividad, aunque esto les haga la vida más fácil. De nuevo es España el país en el que las personas se muestran más conscientes de las desventajas del mundo digital que en el resto del mundo, cuyo nivel de desconfianza es del 43%.
Según Alberto Relaño, responsable de Connected life en España, “en el mundo conectado actual estamos viendo que la actitud de muchos consumidores se acerca más a la sospecha que a la aceptación. Esto ocurre sobre todo en los países desarrollados”. En general, y en todos los aspectos analizados de Connected life, estos países se muestran más escépticos sobre los beneficios de vivir permanentemente conectados que, por ejemplo, los países asiáticos, en que los dos índice anteriores son sólo del 12% y el 8%, respectivamente.
En opinión de Relaño, parece que en muchos casos la tecnología ha erosionado la confianza de los usuarios más que construirla. Los de países emergentes “confían en la tecnología y las redes sociales porque experi- mentan los efectos positivos de ambos en sus vidas, y cuando se trata de datos, todavía tienen expectativas de recibir cierto tipo de recompensas tangibles a cambio de su información personal. Es una imagen muy diferente en los mercados desarrollados, donde los consumidores exigen más y esperan que las marcas transformen la experiencia general del cliente a cambio de datos”, dice Relaño.
Sucede lo mismo sobre la veracidad que los internautas españoles otorgan a los contenidos en línea. Mientras que el 53% de los españoles creen que lo que leen en las redes sociales no es de fiar, un 61% de los indonesios sí confían en dicha información. Además, el 54% ha expresado su preocupación por el control que tienen las redes sociales sobre lo que los usuarios ven en sus hilos y muros.
Por otro lado, los internautas cada vez tienen más la sensación de que la tecnología les distrae e incluso les acosa por el gran número de notificaciones que reciben, y a escala global el 34% de los internautas de entre 16 y 24 años piensan que usan demasiado el móvil. El estudio también demuestra que los españoles son de los menos dispuestos a aceptar el uso de la inteligencia artificial. Sólo el 27% muestra su disposición a interactuar con una máquina –como por ejemplo un chatbot– si esto redunda en una mayor rapidez en la respuesta, pero esta cifra es bastante más baja que la cifra de todo el mundo, que es del 39%.
Los españoles también se encuentran entre los más reacios a la hora de pagar con el teléfono móvil, y sólo el 23% declara que le gustaría pagar todo usando su móvil frente a un 64% de los consumidores chinos. Más aún, un 43% de los internautas españoles directamente afirman que no quieren pagar nada con el móvil.