La Vanguardia

El CO2 de la atmósfera aumentó a un alarmante ritmo récord en el 2016

La ONU alerta del incremento de las concentrac­iones de gas de efecto invernader­o

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Las ra de concentrac­iones dióxido de carbono en la atmósfe- (CO ),

2 principal gas de efecto invernader­o, aumentaron a una velocidad récord en el 2016, y se sitúan en el nivel más alto en 800.000 años, según la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM). Los cambios abruptos en la atmósfera registrado­s en los últimos 70 años no tienen precedente­s.

Las concentrac­iones medias mundiales de CO alcanzaron 403,3

2 partes por millón (ppm) en el 2016, frente a las 400 ppm del 2015. La agencia de la ONU atribuye el aumento récord de 3,3 partes por millón a las actividade­s humanas en combinació­n con un intenso episodio del fenómeno meteorológ­ico de El Niño (calentamie­nto del Pacífico Ecuatorial con impactos devastador­es en distintas zonas del mun- do). regiones El Niño tropicales provocó y redujo sequías la en capa- las cidad de los bosques, la vegetación o los océanos para absorber CO ac

2 tuando como sumidero. El ritmo de crecimient­o del CO

2 fue un 50% superior a la media de la última década y las concentrac­iones se situaron en un 45% por encima de los niveles preindustr­iales (antes de 1750). Los gases de efecto invernader­o tienen un potencial sin precedente­s para modificar el clima y provocar “graves perturbaci­ones ecológicas y económicas”, dice el informe. El crecimient­o demográfic­o, la industrial­ización y el uso de combustibl­es fósiles, así como la intensific­ación agrícola y la deforestac­ión, explican esta situación. “Sin recortes rápidos en el CO y

2 otras emisiones de gases de efecto invernader­o, nos dirigiremo­s hacia peligrosos aumentos de temperatur­a para fin de siglo, muy por encima de los objetivos establecid­os en el acuerdo de París de cambio climático”, señaló el finlandés Petteri Taalas, secretario general de la OMM. “Las generacion­es futuras heredarán un planeta mucho más inhóspito”, añadió.

“El CO permanece en la atmós

2 fera durante cientos de años y en los océanos por más tiempo. Nos enfrentamo­s a un clima mucho más caliente y con un clima más extremo en el futuro. No hay varita mágica para eliminar este CO de la at

2 mósfera”, esgrimió Taalas. La última vez que la Tierra tuvo una concentrac­ión de CO comparable

2 fue hace de 3 a 5 millones de años, cuando la temperatur­a era de 2º a 3° C más cálida y el nivel del mar era de 10 a 20 metros más alto que ahora.

La OMM mide las concentrac­iones de gases presentes en la atmósfera. Estas concentrac­iones son el resultante­s del complejo sistema de interaccio­nes del CO y otros gases

2 en la atmósfera, la biosfera y los océanos. Una cuarta parte de estas emisiones es absorbida por los océanos y otro cuarto por la biosfera, lo que reduce la cantidad de CO

2 en la atmósfera.

“En los últimos años se ha visto un enorme incremento de la energía renovable, pero ahora debemos redoblar nuestros esfuerzos para que las tecnología­s bajas en carbono prosperen mucho más. Tenemos muchas soluciones. Lo que necesitamo­s ahora es voluntad política mundial y un nuevo sentido de urgencia”, dijo Erik Solheim, director de Medio Ambiente de la ONU. Los datos se anuncian una semana antes de que se inicie la nueva conferenci­a del cambio climático de la ONU, que se celebrará entre el 7 y el 17 de noviembre próximos en la ciudad de Bonn (Alemania).

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HANDOUT / REUTERS Unos trabajador­es arrastran un carromato cerca de la planta térmica de carbón en Shanxi, en China
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