La ronda mágica
La Filmoteca de Catalunya rinde homenaje, con una exposición, al Círculo A
Un día como hoy, en la Filmoteca, se pueden ver, a las 18.30 h., Mama Roma (1963), de Pasolini. Emotiva historia de una prostituta (Anna Magnani) que decide dejarlo todo para cuidar a su hijo. Y un poco más tarde, a las 20 h., Dies Irae, rodada por Carl Dreyer en 1943. Mirada desapasionada y rigurosa sobre una comunidad luterana del siglo XVII. Un filme que, en realidad, habla con voz propia de intransigencia, fanatismo e intolerancia.
Allá por los años setenta, en Barcelona, sólo el Círculo A, con cines como el Arcadia, el Atenas, el Arts y otros más, como el Capsa, se atrevían con esos títulos. Eran los únicos, además, que legalmente, podían hacerlo: tenían el permiso de la censura. El Círculo A se especializó en recuperar películas que nunca se habían estrenado comercialmente en España. Eran títulos antiguos o modernos, considerados peligrosos: moral o políticamente peligrosos, que decían las autoridades de entonces. Sólo unos cines singulares –los denominados entonces de arte y ensayo– se atrevían con ellas. El Círculo A fue una iniciativa de Jaume Figueras, Antoni Kirchner y Pere Ignasi Fages que ha dejado profunda huella en la memoria cinéfi- la de la ciudad. La Filmoteca, como homenaje, además de proyectar una cincuentena de los títulos emblemáticos proyectados por el Círculo, ha montado una exposición para recordar lo que aquel círculo mágico significó para Barcelona, allí donde la historia se encuentra con la nostalgia. Como el recuerdo de la proyección de Repulsión (1965), de Polanski, el primer gran éxito del Círculo. Fue en 1975, diez años después de su estreno mundial.