La Vanguardia

El Madrid no se reconoce

Sin plan B, la crisis recae en exclusiva en una plantilla que ahora suscita dudas

- CARLOS NOVO

Dos meses le han bastado al Madrid para pasar del estado de euforia a la depresión. A mediados de agosto, tras ganar las Supercopas y debutar en la Liga en Riazor con una goleada al Deportivo, el club rezumaba optimismo, la crítica más favorable aventuraba estar ante “el equipo de la década” y se daba por hecho que el sextete caería como fruta madura. Tras la derrota en Montilivi, los palos le llueven a Zidane, las redes sociales dudan de la idoneidad de la plantilla y pocos madridista­s no dan la Liga por perdida. Con sólo diez jornadas transcurri­das, el campeonato actual recuerda a la tercera temporada de Mourinho, cuando también tras ganar el título en la campaña 2011-12, el equipo perdió sus posibilida­des de revalidarl­o en septiembre y octubre. Los blancos llegaron a aquellas Navidades del 2012 a 16 puntos del Barcelona.

Fuentes del Madrid señalaban ayer las diferencia­s entre una y otra etapa. En aquel entonces a Mourinho se le daba ya por amortizado y el club buscaba técnico en otras ligas (en verano se trajo al entrenador del PSG, Carlo Ancelotti). Hoy en el club afirman que no hay previsto ningún plan B. Ni para el cuerpo técnico ni para la plantilla. Zinédine Zidane no está cuestionad­o gracias al enorme crédito ganado la temporada pasada (doblete de Liga y Champions) y la tormenta se cierne sobre la plantilla, aunque el principal ejecutivo del club, José Ángel Sanchez, aseguró la semana pasada en un seminario en China que bajo ningún concepto el Madrid acudiría al próximo mercado de invierno para reforzarse. El problema puede ser más a medio plazo. Florentino Pérez acaba de renovar prácticame­nte a la totalidad de sus jugadores, salvo los dos porteros: Keylor Navas y Kiko Casilla.

El bajo rendimient­o de los futbolista­s tiene un doble frente. Los que en un principio han de tirar del carro son los mismos de la etapa final de Mourinho (Cristiano, Sergio Ramos, Marcelo, Modric, Benzema o Bale), pero con cuatro años más y con contratos que se alargan hasta el 2021 o el 2022, según los casos.

La segunda unidad, que tan bien funcionó la temporada pasada, parece no sólo estancada sino en claro retroceso con la excepción de Isco, el futbolista más fiable del equipo en el 2017, quien más se rebeló contra la derrota el domingo en Montilivi y titular indiscutib­le sólo a partir de la lesión de Bale en primavera.

Prueba del estado de cosas fue- ron las palabras del malagueño tras el partido de Girona: “Nos ha faltado un poco de actitud. Cuando las cosas van bien es fácil decir que somos una piña, pero es en estos momentos cuando hay que demostrarl­o”. Fue precisamen­te “la falta de actitud e intensidad” lo que denunció Zidane tras los tres tropiezos consecutiv­os en el Bernabeu (Valencia, Levante y Betis) del arranque liguero. En Girona, el técnico pareció superado por las circunstan­cias, incapaz de dar con la tecla de los cambios y aparenteme­nte contento con la respuesta en el campo de unos jugadores cuyo partido abochornó a los aficionado­s.

Técnico y jugadores hablaron

MAL PRECEDENTE Esta temporada recuerda en algunos detalles el desastre que supuso el tercer año de Mourinho

LA RECETA Los jugadores piden abstraerse del ambiente que rodea al equipo y dejarse de individual­ismos

ayer sobre el césped de Valdebebas antes de comenzar el entrenamie­nto. Lo que se dijeron unos y otros no difiere demasiado de lo habitual en estos casos. La conclusión fue tratar de abstraerse del mal ambiente que rodea el equipo y ser más solidarios en el campo. “Hay demasiado individual­ismo”, fue lo que dijo al grupo uno de los pesos pesados del equipo. No se refería en exclusiva a Cristiano, que atraviesa su etapa más aciaga como goleador desde que viste de blanco. El portugués ha marcado un gol en diez jornadas, pero si se suma toda la BBC (Bale, Cristiano y Benzema) la cifra se eleva a unos insólitos cuatro goles.

Unas declaracio­nes ayer de Álvaro Morata a La Gazzetta dello Sport echaron sal en la herida: “No debí volver de la Juventus. En el Madrid me trataron como el niño que era antes de irme”. Los blancos no sólo echan en falta los goles del canterano el curso pasado (20); también la fortaleza y fiereza defensiva de Pepe, un jugador al que no renovaron porque quería dos años de contrato y sólo le ofrecieron uno.

En plena zozobra, el calendario se empina para los blancos. En el club creen que el futuro de la temporada se aclarará, para bien o para mal, en las tres próximas salidas: ante el Tottenham mañana en la Champions y dos visitas marcadas en rojo en el calendario liguero, Wanda Metropolit­ano y San Mamés. Todo antes de Navidades.

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JOSEP LAGO / AFP Zinédine Zidane, pensativo en el banquillo de Montilivi el pasado domingo

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