Más que buenas sensaciones
El Espanyol doblega al Betis en un buen partido que decidió un gol de Gerard Moreno
Victoria de mérito ante uno de esos rivales que el Espanyol debe superar si pretende acabar la Liga con opciones de luchar por Europa. Anoche, los de Quique Sánchez Flores se vaciaron ante un Betis que aspira a ser una de las revelaciones de la Liga para superarlo en el campo y en el marcador. Era una buena oportunidad para escalar en la tabla, como decía en la previa el propio técnico y su equipo no falló.
Fue un buen partido, con mucho ritmo, donde las alternativas de los primeros minutos suplieron a los goles y las ocasiones claras, y donde el fútbol ganó todo el protagonismo a las banderas, como pedía el club y sus agentes sociales. La grada respondió a su llamamiento y las banderas –españolas, senyeres y estelades– apenas lucieron en los prolegómenos del partido. Ninguna en los sectores de animación o de las peñas.
Tras la pobre imagen que el equipo ofreció en el Heliodoro Rodríguez, Quique no dudó ayer en recuperar el once habitual, co- mo le gusta decir, confirmando el retorno de Baptistão arriba haciendo pareja con Gerard Moreno para que Jurado corriese por la banda. Fue el modelo que le funcionó hace una semana ante la Real Sociedad, donde el hispano- brasileño vio puerta, y anoche decidió repetir. Aunque ayer estuvo mucho más fino el andaluz, que en la banda pierde influencia en el juego, que Baptistão.
Pau, por su parte, volvió a ser el portero de la Liga pese a la buena actuación de Diego López en la Copa. Sus reivindicaciones en la sala de prensa no le han ayudado precisamente.
Enfrente se plantó un Betis más reservón de lo habitual. Que cedió el peso del partido al Espanyol para tratar de encomendarse a la contra y al acierto de Sanabria, Joaquín y Nahuel, quien tras su actuación en el Carranza en la Copa ocupó la banda derecha en lugar de Campbell. Pero esta vez las rotaciones
suaves que Quique Setién imprime a su equipo no fueron suficientes para que el Betis fuese ese equipo que quiere convertirse en una sorpresa de la Liga. Anoche, el peso del partido lo llevó el Espanyol y, a la contra, el Betis no aportó gran cosa más allá de un disparo al larguero de Fabián a pase de Nahuel en el primer tiempo que pudo desequilibrar el marcador cuando su equipo se dejaba hacer ante un Espanyol que tocaba y tocaba sin ninguna profundidad.
Esos primeros 45 minutos, en justicia, tendrían que haber albergado un penalti a favor de los locales. Pero Iglesias Villanueva –como su asistente– ni lo vio ni quiso verlo. El caso es que Barragán cogió por el cuello a Hermoso en un balón a la olla al filo del descanso que le impidió saltar para cabecear. Se vio en televisión y se vio claramente en el campo.
Tras un primer tiempo sin más ocasiones claras y cuando el guión parecía indicar un segundo período más plano, los dos equipos consiguieron reactivarlo. La clave pudo estar en la instrucción que dio Setién a los suyos de desplegarse, con sus tres hombres de arriba sistemáticamente en el límite que les marcaba la defensa blanquiazul o, en su defecto, en la línea del centro del campo.
Una situación que obligó al Espanyol a estar atento para guardar la ropa, pero que también le permitió nadar con más comodidad, hasta el punto de que en una de sus acciones de ataque Piatti encontró un hueco para que Gerard controlase y a la media vuelta se encontrase frente a Adán, a quien fusiló para abrir el marcador en el 55. Sin hacer más de lo que habían hecho hasta ese momento, los locales vieron cómo era el propio rival quien les abría el camino.
Setién movió el banquillo dando salida a Sergio León primero y a Campbell y Boudebouz después en busca del empate, Sánchez Flores replicó con Sergio García. Pero el partido no cambió y su ritmo trepidante apenas se tradujo en dos ocasiones claras: Jurado incluso perdonó la sentencia en el 79 al rematar por encima del larguero un disparo franco desde el interior del área y Pau, ya en el 87, atajó un balón raso y cruzado de Boudebouz.