El fabricante de galletas Virginias, en preconcurso
La compañía descarta por ahora negociar con la banca
Industrias Rodríguez, histórico fabricante de galletas, caramelos, chocolate y turrones con la marca Virginias, parece abocada al concurso de acreedores. La compañía, con sede en Reus (Baix Camp), presentó preconcurso de acreedores a principios de agosto y, casi tres meses después, aún no ha iniciado las negociaciones con la banca acreedora para refinanciar su deuda, próxi- ma a los 20 millones de euros. No da ninguna señal de que tenga intención de hacerlo. “No sabemos absolutamente nada, no han hecho todavía ninguna propuesta, por lo que suponemos que esperarán a agotar el plazo que marca la ley y solicitarán ser declarados en concurso”, comentaron ayer con cierta perplejidad fuentes bancarias afectadas por la situación. El plazo para lograr un acuerdo dentro del preconcurso expira dentro de un mes.
Las tensiones financieras de Virginias vienen de lejos. En el 2015, la compañía logró refinanciar su deuda bancaria hasta el 2022 a través de un acuerdo que fue homologado por el juzgado mercantil 1 de Tarragona en diciembre de ese año. La empresa fio su futuro a un nuevo plan estratégico para reenfocar su negocio, ajustar su estructura y mejorar su rentabilidad. En el ejercicio de la refinanciación, que fue de mayo del 2015 a marzo del 2016 –sólo once meses–, las ventas cayeron hasta los 21,5 millo- nes frente a los 27,4 millones del año anterior, según consta en el Registro Mercantil.
Uno de los objetivos principales era lograr cuanto antes el equilibrio financiero y, en efecto, las pérdidas pasaron de los 0,9 millones de euros del ejercicio acabado en abril del 2015 a apenas 53.000 euros de números rojos en el concluido en marzo del 2016. Las cuentas del último ejercicio aún no están depositadas. Pero los problemas de tesorería continúan y, por eso, la empresa buscó la protección judicial ante los acreedores el pasado verano.
Damià Gispert, presidente de Industrias Rodríguez desde hace dos años y medio, dijo ayer que la política de la empresa era la de no comentar este tipo de asuntos con los medios de comunicación.
La empresa refinanció deuda en el 2015, pero no ha logrado sus objetivos y la tensión ha vuelto
“No queremos hablar, no lo hemos hecho nunca ni lo vamos a hacer ahora”, aseguró el directivo. Virginias, propiedad de la familia Rodríguez, tiene alrededor de 120 trabajadores y dos fábricas en Reus y Lleida.
Parte de los problemas por los que atraviesa la empresa se encuentran en la gestión, tensa por las disputas de los miembros de la segunda y tercera generación de Industrias Rodríguez. A principios del 2015, el entonces presidente, Andrés Rodríguez Figuerola, cedió su puesto a Gispert pocos meses después de una completa renovación del consejo. Pese a los cambios, los resultados no han sido los esperados. Si nada cambia, Virginias irá a concurso y buscará, previsiblemente, un comprador.