La Vanguardia

Veto a la televisión kurda

El Gobierno iraquí prohíbe las emisiones de dos cadenas cercanas al partido independen­tista de Barzani

- ANNA BUJ Barcelona

Los periodista­s que trabajan en la delegación en Bagdad de Rudaw, una de las principale­s television­es kurdas, han tenido que hacer las maletas. También los de las oficinas en Kirkuk, ciudad petrolera que Irak recuperó del control de Irbil después de la celebració­n del prohibido referéndum de independen­cia en el Kurdistán iraquí.

Lanzado en el 2013, Rudaw Media Network, un conglomera­do mediático con más de 500 trabajador­es y servicios en kurdo, árabe, inglés y turco, compone una de las dos cadenas cercanas al Partido Democrátic­o del Kurdistán (PDK) de Masud Barzani que el Gobierno iraquí ha vetado. También ha prohibido las emisiones de Kurdistan 24, fundada por el hijo de Barzani.

La Comisión de Medios y Comunicaci­ón del Gobierno de Haider al Abadi ha ordenado a los dos canales cesar sus emisiones. Pero como las licencias dependen del Parlamento kurdo, con plena autonomía, a efectos prácticos podrán continuar con su actividad en el Kurdistán, pero no seguir trabajando en el resto del Estado iraquí: Bagdad ha autorizado la incautació­n del material de las cadenas y prohíbe que sus equipos sigan en Irak. Rudaw asegura que no han sido contactado­s directamen­te por el Ejecutivo, pero ya han retirado a su personal en Bagdad y Kirkuk por miedo a arrestos.

“El Gobierno de Bagdad sale perdiendo con este movimiento. Antes podíamos explicar los dos lados de la historia. Ahora tendremos que cubrir Bagdad a través de otros medios”, protesta Osamah Golpy, el director del departamen­to en inglés de Rudaw Media Network.

Bagdad justifica esta decisión en que, a su juicio, tanto Rudaw como K24 han alentado a la violencia en la escalada de tensión que ha seguido al fracasado pulso independen­tista. Algunos de sus programas han puesto en jaque “la paz social y la seguridad”, aseguran. Pero desde Rudaw ya hacía tiempo que se esperaban este movimiento. “Yo mismo formé parte del equipo que fue a Mosul a cubrir la liberación del Estado Islámico y nos forzaron a regresar a Irbil”, cuenta Golpy, que no duda de que tras una decisión así existen “motivacion­es políticas”, para que su potente canal en inglés no “muestre al mundo lo que ocurre en Kirkuk”. Turquía y Siria ya habían prohibido las emisiones por satélite de Rudaw y K24 porque decían que promovían la independen­cia kurda.

En Rudaw, Golpy asegura que durante la campaña del referéndum ellos cubrieron más manifestac­iones independen­tistas, pero porque se celebraron más, y también retransmit­ieron la única organizada por los partidario­s del no. “Al final, fuimos un reflejo de la sociedad kurda con los resultados en la mano” (ganó el sí por un 92% con un 72% de participac­ión), asevera. Si fueran un órgano de propaganda no les citarían constantem­ente medios de la reputación de Associated Press o la

Bagdad dice que han alentado a la violencia, pero los periodista­s denuncian “motivacion­es políticas”

BBC, añade. “Nuestro criterio es la objetivida­d periodísti­ca”, repite por teléfono.

El Comité de Protección para los Periodista­s (CPJ, por sus siglas en inglés) ha condenado los ataques contra los medios kurdos en Irak. El veto a las dos cadenas se suma al asesinato a cuchillazo­s del cámara Arkan Sharif de Kurdistan TV, la televisión oficial del PDK; y al hostigamie­nto a dos equipos de televisión en Irbil. “Son tiempos difíciles para ser periodista en Irak y Kurdistán –asegura el director del CPJ para Oriente Medio, Sherif Mansour– porque son utilizados como armas políticas por los dos lados”.

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REZA / GETTY Desde las modernas instalacio­nes de Rudaw TV emite una de las dos television­es más vistas en Kurdistán

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