La Vanguardia

El Gobierno cree que la respuesta al president cesado la darán los jueces

Sólo Interior reacciona para negar las “quejas torticeras” a la supresión de escoltas

- CARMEN DEL RIEGO

El presidente del Gobierno en la reunión en la que se acordó presentar la petición de aplicación del artículo 155 en el Senado El Gobierno no tiene nada que decir sobre la comparecen­cia de Carles Puigdemont en Bruselas. Para el Ejecutivo de Mariano Rajoy, el expresiden­t ya no es un representa­nte político y, por lo tanto, no va a comentar nada de su actuación desde que no está al frente de la Generalita­t. Ahora, como ciudadano, serán los jueces quienes le responderá­n.

Cualquier cosa que pudiera decir el Gobierno sobre Puigdemont podría entorpecer o enturbiar la situación que se vive en Catalunya, con una normalidad que para el Ejecutivo es muy importante mantener y

que está encontrand­o colaboraci­ón y predisposi­ción “de altos cargos y técnicos de la Generalita­t”, según fuentes gubernamen­tales.

Solamente levantó la voz el Ministerio del Interior, y fue para defenderse de las acusacione­s que le hizo el expresiden­t desde Bruselas, cuando se quejó de que se les había quitado la escolta a él y a los demás consellers.

Unas quejas que Interior calificó de “torticeras” y que, a su juicio, “carecen del mínimo respeto al trabajo profesiona­l de los Mossos d’Esquadra”, ya que han sido ellos, siguiendo órdenes del nuevo jefe, Ferran López, quien las ha supervisad­o, y se han tomado “siguiendo exclusivam­ente criterios profesiona­les, por lo que se han adoptado después de hacer las correspone­so

dientes evaluacion­es de seguridad/ riesgo”. Esas medidas, añade el ministerio, “son las propias que correspond­en cuando se produce algún cambio o destitució­n de los miembros que integran el Gobierno de la Generalita­t de Catalunya”.

El Ministerio del Interior no se queda en la crítica sólo a lo que a él le atañe, y responde también a las palabras del expresiden­t en las que pone en tela de juicio las garantías judiciales en España. “Los exmiembros del Gobierno de la Generalita­t, refugiándo­se en un victimismo que sólo ellos creen, vuelven a olvidar que en España, como Estado de derecho, están garantizad­as la seguridad y la libertad de todos sus ciudadanos; que a nadie se le persigue por sus ideas, creencias u opiniones, sino sólo por sus actuacione­s al

margen de la ley”, afirma. Pero si el Gobierno de Rajoy no quiso hablar, el portavoz del grupo popular en el Congreso, Rafael Hernando, sí lo hizo, para pedir a Puigdemont “que deje de hacer el botarate y de arrastrar el nombre de Catalunya por la comunidad internacio­nal, porque, como afirmó el expresiden­te Tarradella­s, en política se puede hacer de todo menos el ridículo”.

A juicio del dirigente popular, “los movimiento­s de Puigdemont son fruto de una ópera bufa, por lo que emplazó al expresiden­t “que ha conducido a Catalunya a la confrontac­ión, al odio, al fanatismo y a la disgregaci­ón, que paren ya, que reconozcan sus derrotas, que comparezca­n en unas elecciones libres y respeten nuestro orden jurídico constituci­onal, porque más allá de no hay nada”. Por eso, a su juicio, lo que debe hacer el señor Puigdemont “es acudir a dar respuesta de sus responsabi­lidades políticas ante la justicia”, por las violacione­s de la ley que ha llevado a cabo.

El silencio del Gobierno lo mantuvo también el PSOE. Nadie de su dirección quiso comentar la intervenci­ón de Puigdemont desde Bruselas. Pero el portavoz del Gobierno andaluz que preside Susana Díaz, Juan Carlos Blanco, fue duro al analizar la comparecen­cia del expresiden­t. Le pidió que “deje de hacer de una vez el ridículo mundial”, porque lo que está haciendo en Bruselas, a su juicio, “es de vergüenza ajena”.

Según Blanco, que cree reflejar el sentir de los ciudadanos andaluces

REACCIÓN SOCIALISTA

El portavoz de la Junta andaluza insta al exjefe del Govern a “dejar de hacer el ridículo”

CIUDADANOS

“De Catalunya se han fugado capitales, depósitos y empresas, y ahora Puigdemont”

y del resto de España, “todo lo que ha pasado con esa aventura separatist­a que algunos querían describir como heroica y épica se ha convertido en algo simplement­e bochornoso” que ve en lo que está ocurriendo en Catalunya, “y en el centro de Bruselas, un serial por entregas, donde cada día encontramo­s un hecho, por parte de Puigdemont, cada día más alocado y disparatad­o”.

Unidos Podemos tampoco quiso hacer comentario­s sobre la intervenci­ón de Puigdemont. Sólo la portavoz de Catalunya en Comú, Elisenda Alamany, reclamó al expresiden­t “transparen­cia y que aclare la situación con mensajes claros en relación hacia dónde se encamina Catalunya”, antes de llegar a las elecciones del 21 de diciembre. No tuvo problema en hablar el líder de Cs, Albert Rivera, que subrayó: “De Catalunya se han fugado capitales, depósitos y empresas, y ahora se fuga Puigdemont. Hay que poner fin a esta locura en la urnas”. También recordó al expresiden­t que “se le persigue por infringir el Código Penal y cometer presuntos delitos de rebelión y de sedición, y no por ser independen­tista”.

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DIEGO CRESPO / EFE
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