La Vanguardia

Cara a cara de Murillo con Murillo

La Frick de Nueva York exhibe por primera vez los dos autorretra­tos del pintor

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Ahora que a finales de año va a festejar su 400.º cumpleaños, Murillo tiene la oportunida­d de estar cara a cara consigo mismo. Murillo frente a Murillo. Los dos autorretra­tos que perduran de Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 31 de diciembre de 1617-3 abril de 1682) se separaron en 1709, cuando se documentó el inventario del compendio artística de su hijo Gaspar.

A partir de hoy, pasados más de 300 años, la Frick Collection de Nueva York ofrece por primera vez la posibilida­d de contrastar las dos visiones, una temprana y otra más de madurez. Cómo se veía el propio artista.

Esta es la primera conmemorac­ión de ese cumpleaños –la única en Estados Unidos, abierta hasta el próximo 4 de febrero–, que luego viajará a Londres y a la capital andaluza, su hogar.

A pesar de que la fama por sus obras religiosas –los “angelotes” de Murillo–, esta exposición se centra en un aspecto poco explorado como son los retratos que realizó de sus mecenas, amigos y gente de la calle. “Fue un eminente retratista”, afirmó en 1724 Antonio Palomino, su primer biógrafo. En esta muestra, que reúne 17 piezas, se exhiben cinco de sus retratos, de la quincena de los que se tiene constancia, además de sus dos autorretra­tos.

Este par de trabajos goza del carácter estelar y son las que dan titulo al acontecimi­ento, Murillo: The self-portraits.

“Estas son las únicas imágenes que tenemos de Murillo. Si sabemos cuál era su aspecto, se debe a estas dos fotografía­s”, explica Xavier F. Solomon, uno de los comisarios. Uno de estos autorretra­tos lo adquirió Henry Clay Frick en 1904, que lo mantuvo en su familia hasta que lo donó al museo de su fundación. El otro es propiedad de la National Gallery de Londres, la otra institució­n que ha colaborado en esta exposición.

“Observamos muchas cosas en estos dos autorretra­tos”, subraya Solomon. “Se muestra como un caballero, bien vestido, con ropas caras. En otros retratos, personajes nobles y ricos, como Juan Arias de Saavedra o Nicolás Omazur, también visten igual. Demuestra que él es rico e importante en Sevilla”, añade.

La alusión a esos dos personajes le permite a Solomon hablar de la capacidad psicológic­a del retratista. “Descubres el feeling de esa gente –sostiene– y la idea de que eran los que mandaban en Sevilla. El cuadro de Saavedra da miedo y sabemos por su descripció­n que fue un de los más duros miembros de la Inquisició­n. Por el contrario, Omazur, gran amigo, luce más simpático, un buen hombre.

Murillo carecía de linaje nobiliario, pero, insiste el comisario, era el pintor más importante en su ciudad y temprano empezó a disfrutar de proyección internacio­nal. “En los siglos XVIII y XIX”, Murillo pasó por ser el pintor español más famoso, más que Velazquez, el Greco o Goya, y tuvo una gran influencia dentro y fuera”, reitera el experto.

La muestra ocupa las planta baja de la Frick. Está organizada en dos salas, presidida cada una por una foto de un Murillo, que mira al otro midiendo la distancia de un pasillo. El elemento organizado­r es cronológic­o. En una sala, junto a obras más tempranas, se halla el Murillo (propiedad de la Frick Collection) que se pintó a sí mismo a principios de los años cincuenta del siglo XVII. Es un treintañer­o, con una mata de pelo y bigote a la moda de su época.

En ningún momento deja entrever su condición de artista. No hay objeto alguno que lo identifiqu­e como tal. Esto se contradice con una inscripció­n en letras rojas en la que se declara como “famoso pintor”. El error en la fecha de nacimiento (pone 1618) desvela que este consistió en un añadido posterior a su defunción.

El otro Murillo guarda una distancia de unos veinte años y es un hombre con canas, que ha perdido cabello. Aquí sí que aparecen pinceles, brochas o paleta. Había muerto su esposa y puso una dedicatori­a a sus hijos (los cuatro, de nueve, que sobrevivía­n). “En los dos cuadros luce atractivo, pero no creo que se embellecie­ra”, concluye Solomon.

En medio del pasillo, equidistan­te de uno y otro, el espectador se pregunta qué le debe de estar diciendo Murillo a Murillo tanto tiempo después de separarse.

La institució­n de Manhattan inicia los festejos por el 400.º cumpleaños del pintor sevillano

 ?? FRICK COLLECTION / EFE ?? Los dos autorretra­tos del pintor andaluz, que nunca antes se habían expuesto juntos
FRICK COLLECTION / EFE Los dos autorretra­tos del pintor andaluz, que nunca antes se habían expuesto juntos
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain