Wembley, terapia o condena
El Madrid busca una victoria de prestigio para cortar las críticas y recobrar la confianza
El Madrid debuta esta noche en uno de los míticos templos del fútbol, el estadio de Wembley, hogar esta campaña del Tottenham, acuciado por la necesidad de mejorar su imagen. No se trata de uno de esos partidos donde se juega la temporada a todo o nada, tan típicos de las fases finales de la Champions. La trayectoria del grupo, que los blancos lideran con el equipo inglés, aún les permitiría enmendar incluso una derrota. Para alcanzar los octavos, al Madrid le basta con vencer al modesto Apoel en Chipre y al Borussia Dortmund al amparo del Bernabeu. Y sin embargo, el ambiente en el club es el de las grandes ocasiones. La derrota en Girona ha dejado malparado el orgullo del equipo, tocado a Zinédine Zidane y ha abierto dudas sobre una plantilla que hace poco menos de dos meses se consideraba casi invencible.
Los colaboradores de Florentino Pérez aseguran que el domingo el presidente se llevó uno de sus peores disgustos del 2017. Sus palabras en los vestuarios de Montilivi no pueden entenderse de otro modo que una llamada de atención y una exigencia de rectificación inmediata.
La durísima crítica de la prensa ha puesto el dedo en la llaga. Se habla de apatía y desgana, de un grupo al que le da pereza la liga y de una segunda unidad desmotivada porque, después de todo, siempre acaban por jugar los mismos. Se echa también en falta a los que no están. Un discurso tan viejo cuando aparecen las derrotas como el propio fútbol.
Así las cosas, el equipo ha cerrado filas. La plantilla ve el partido de Wembley como la oportunidad ideal para cortar la hemorragia, acallar a los agoreros que dan la temporada por perdida y devolver la ilusión a los aficionados. Al fin y al cabo, eso ha sido casi siempre lo que ha significado la Copa de Europa para club. Zidane no está de acuerdo en que su equipo sufra un bajón físico: “Al contrario, estamos bien, preparados para el partido pese a lo que algunos pueden pensar”, aseguró en rueda de prensa.
El entrenador negó que el partido de Girona sea el peor jugado por los suyos con él en el banquillo: “No creo que haya sido el peor. Aunque cuando se pierde siempre es por algo. Fueron detalles que nos sorprendieron, pero ahora hay que pensar en lo que tenemos delante y darlo todo para ganar. Me gusta el reto cuando las cosas se ponen difíciles porque la vida es así”.
Zidane se mostró especialmente ilusionado por jugar en Wembley: “Es un gran escenario para hacer un buen partido contra un rival bueno. Los jugadores notan dónde juegan. Yo jugué en el otro y para mí era una gran sensación. Los aficionados se van a divertir”.
Como es su costumbre Zidane no quiso hablar mucho de la parte técnica y de si su equipo tiene más dificultades cuando el contrario juega con tres centrales, como se prevé que haga hoy el Tottenham: “No lo creo. Da igual un rival con tres, cinco, cuatro... Todo tiene su dificultad”.
El discurso de Zidane fue secundado por un Marcelo más serio de lo habitual. El lateral brasileño reconoció que el vestuario está tocado. “Está claro que una derrota como la del domingo nos pone tristes, pero la hemos de usar como motivación. Sabemos en qué hemos fallado y lo que hay que hacer para no repetirlo”.
El segundo capitán se defendió de la acusación de falta de actitud en Montilivi: “Allí pasó un poco de todo. Un partido de liga es difícil de ganar, independientemente del rival que sea. Muchos piensan que es llegar y ganar y no. Cada día que pasa está más difícil ganar, vamos a mejorar: no es para volvernos locos”.
EL RETO DE ZIDANE
“Cuando las cosas se ponen difíciles me gusta el reto porque la vida es así”, aseguró el entrenador
MARCELO SE JUSTIFICA
“En Girona pasó un poco de todo; muchos piensan que es llegar y ganar y no, cada día es más difícil”