Mo Farah rompe con Salazar para preparar su traspaso al maratón
Una historia controvertida se acabó ayer.
Se trata de la relación entre Mo Farah (34) y su entrenador, Alberto Salazar. Farah se lo contó ayer a la web de The Sun.
El mejor fondista de los últimos años –dos dobletes olímpicos 5.000-10.000, en el 2012 y el 2016– lleva tiempo defendiéndose ante quienes cuestionan su honestidad. La sombra de Salazar es alargada.
“No estoy dejando el Nike Oregon Project (en Portland) ni a Alberto Salazar por culpa de las acusaciones de dopaje. Llevo dos años en esta situación. Si fuera a hacerlo por ese motivo, ya me hubiera marchado”, dijo
La sombra de Salazar agobia a Farah desde la primavera del 2015, que es cuando los técnicos de la Federación Estadounidense de Atletismo (Usada) empezaron a investigar los métodos del técnico estadounidense, leyenda del maratón en los años ochenta y hasta ahora entrenador de Farah, Galen Rupp y Matthew Centrowitz.
En aquel tiempo circulaban informes contradiciendo los métodos de Salazar. Se decía que estaba en posesión de testosterona (una sustancia prohibida para todo aquel que forme parte del circo deportivo). Que se la había administrado a sí mismo, a granel, en su época como maratoniano. Y que ahora se la administraba a sus atletas. Entre ellos sonaba el nombre de Rupp, plata en 10.000 m en los Juegos de Londres 2012. Un reportaje de la BBC le dio altavoz al asunto.
Por aquel entonces nadie citaba a Farah. Aunque sus méritos empezaban a verse en entredicho.
Tanto, que se vio forzado a salir a escena.
–¿Haces trampa? –se le preguntaba con frecuencia.
–Siempre he defendido el deporte limpio. Si tuviera algún motivo para dudar de Salazar, no estaría junto a él.
Dijeran lo que dijeran, con él se quedó.
Farah ganó los 5.000 m en los Mundiales del 2015. Hizo doblete en el 2016. Ganó el oro en los 10.000 m y la plata en los 5.000 m este verano, en los Mundiales de Londres. Y luego dijo que dejaba las competiciones en pista. Que se pasaba a la ruta, al maratón. Y que para eso, abandonaba su laboratorio en Portland y regresaba a Londres.
Sentía añoranza.
“Nos encantó pasar el verano aquí (en Londres, la ciudad donde había llegado a los ocho años, refugiado de guerra somalí). Mi mujer y los niños (cuatro) echábamos de menos a la familia”, dijo ayer.
Ahora le dirigirá Gary Lough. Fue el entrenador de Paula Radcliffe. Ella es la plusmarquista mundial de maratón.