Rice, desde el sofá
El base del Barça utiliza las redes sociales para ironizar sobre el presente de la sección y se aferra a su sueldo para no dejar la entidad
Tyrese Rice disfruta de un piso fantástico en el centro de Barcelona, muy cerquita de la casa Batlló. El 19 de mayo el base estadounidense se avino a abrir las puertas de su casa a las cámaras de Barça TV para un reportaje en el que explicaba cómo era su vida en la ciudad, al menos la parte que se podía contar, y sus inicios en el baloncesto. Entonces todavía estaba a las órdenes de Georgios Bartzokas en el primer equipo blaugrana. Ya había decepcionado a muchos de los que le recibieron con los brazos abiertos, léase aficionados, compañeros y equipo técnico y directivo del club. Había pasado de ser el líder fichado a golpe de talonario a un jugador irregular que había protagonizado discusiones con el entrenador. Actualmente sigue cobrando un sueldo fantástico del Barça (1,5 millones de salario neto para un coste total para la entidad de unos cuatro millones, impuestos incluidos), pero ni el entrenador Sito Alonso ni el mánager Nacho Rodríguez cuentan con él, pese a las cinco derrotas consecutivas del Barcelona. Rice se lo mira todo desde el sofá de casa. Desde allá va poniendo tuits, a veces irónicos, sobre la actualidad del equipo de baloncesto barcelonista. El último, cuando se enteró de la sentencia que obliga al club a readmitir a Joey Dorsey. “Whaaaaat? En serio??”, escribió el base estadounidense. De la misma manera cuando el Barça perdió contra el Zalgiris colgó el siguiente mensaje: “Estoy en el sofá. Relajado”.
El club anunció en verano que no contaba con él y como no se llegó a un acuerdo para su salida le conminó a ejercitarse con el filial en Sant Joan Despí. Fuentes barcelonistas explican a La Vanguardia que Rice no va todos los días ni está en la dinámica de grupo del Barça B. La entidad pone a su disposición las instalaciones y un elenco de trabajo profesional, pero él se dedica a pasar por allí de vez en cuando. Desde que Rodríguez tomó las riendas deportivas de la sección tenía muy claro que había que encontrar una solución para Rice, pero el jugador ha preferido seguir cobrando en vez de embarcarse en otro proyecto. El mánager declaró en RAC1 que el base tuvo cuatro ofertas de equipos de Euroliga que rechazó. Una era del Efes turco. Otra del Armani de Milán. Dio el no por respuesta. Él hubiera querido ir cedido al Maccabi, donde triunfó, título de Euroliga incluido, en una etapa anterior. Pero el Barcelona debía asumir buena parte de su salario y en ese caso fue el club el que no pasó por el aro.
¿Por qué no juega Rice si sus condiciones técnicas y su trayectoria son superiores a las del base Paul Pressey? Sito Alonso afirmó el
ASISTENCIA IRREGULAR
Rice va de vez en cuando a la Ciutat Esportiva para entrenarse, pero no está en la dinámica de grupo del filial
HERENCIA ENVENENADA
El Barça espera que Dorsey no tense más la cuerda mientras no haya una sentencia firme
domingo que él quería un base del perfil de Pressey, que representa todo lo contrario al tipo de jugador que es Rice. Sí, es verdad que el recién llegado defiende mucho mejor y no va en plan estrellita (no podría hacerlo). Pero más allá de razonamientos baloncestísticos hay que encontrar los disciplinarios. En el Barcelona están muy enojados por la actitud de Rice de aferrarse al sillón de su sueldo, pero sobre todo les encrespa lo que, a su juicio, fue un estilo de vida muy poco profesional del jugador la pasada campaña. “Quemaba Barcelona por la noche”, se dice por el Palau. No fue el único responsable de la mala temporada del equipo, pero sí constituye un ejemplo de cómo devorar todas las esperanzas rápidamente.
En el intento del Barça por revertir la situación que vivió (y vive) sobre las canchas, la de Rice supone una herencia envenenada, un legado complejo al que se sumó el lunes el caso de Joey Dorsey.
Un juzgado obliga al Barça a readmitir al pívot, despedido en enero tras criticar a los servicios médicos del club. La sentencia, que obra en poder de este diario, indica que la entidad ha de incorporarlo de nuevo a su disciplina además de abonarle 25.000 euros de indemnización y las cantidades que ha dejado de percibir durante este tiempo, descontando los meses que el estadounidense jugó en el Best Balikesir turco (entre febrero y junio). En el contrato de Dorsey con el Barça se estipula que el jugador ha de cobrar por esta campaña 1.195.000 euros. El club tiene cinco días, desde la notificación de la sentencia, para recurrir al Tribunal Superior de Catalunya y ya ha anunciado que utilizará esta vía legal. Mientras, en este ínterin, el Barcelona espera que Dorsey no tense más la cuerda y no se presente a los entrenamientos. De hecho, el equipo bastante tiene con intentar que las canastas vuelvan a entrar en el aro de los rivales.