Rajoy cierra paréntesis
Hace una semana pintaban bastos para la economía española, que debe al exterior el equivalente al 170% de su PIB. Los tipos de interés debían subir por dos motivos. En primer lugar, porque se preveía que el Banco Central Europeo comenzaría, ya a partir del día 26, a endurecer la política monetaria. En segundo lugar, porque la prima de riesgo de la deuda española daba muestras de sensibilidad a la inestabilidad política en Catalunya, y varios analistas identificaban la anunciada aplicación del artículo 155 de la Constitución como una receta segura para la agudización del conflicto.
La sesión del consejo de gobierno del BCE no ha deparado sorpresas. Se ha anunciado, efectivamente, una reducción de las compras de deuda, pero de una manera progresiva (comenzando en enero del 2018) y manteniendo como objetivo a corto plazo unos tipos similares a los actuales.
En cambio, la aplicación del 155 ha constituido una sorpresa agradable que justifica que rememoramos algunos hechos acaecidos a lo largo del mes que acabamos de dejar atrás.
Aunque la crisis política en Catalunya no había dejado de agudizarse desde la lejana sentencia del Tribunal Constitucional del 2010 sobre el Estatuto de Autonomía, la última jornada de septiembre (la del día 29) los sismógrafos (la bolsa y la prima de riesgo de la deuda pública española) no habían detectado
Lo que alarmó a los agentes económicos fue la violencia ejercida por la policía española durante el 1-O
ningún impacto sobre la economía.
En cambio, la primera jornada del mes de octubre (la del día 2), el Ibex 35 comenzó a caer y la prima de riesgo experimentó una (tímida) subida. En los días posteriores se produciría el desplazamiento de las sedes sociales de la banca y, después, de cientos de empresas catalanas (pero no de multinacionales). ¿Qué había pasado? No que los dirigentes catalanes hubieran violentado la ley, ya que tal cosa había tenido lugar en las lejanas jornadas de los días 6 y 7 de septiembre. No que la independencia pareciera más cercana, ya que lo había estado mucho más la de Escocia inmediatamente antes del referéndum del 2014 sin que se produjera nada parecido. Lo que alarmó a los agentes económicos fue la violencia por parte de la policía española durante la jornada del 1-O y, también, su impotencia ante una población pacífica pero determinada.
En consecuencia, mientras que entre el 29 de septiembre y el 27 de octubre las bolsas europeas habían subido un 3%, el Ibex 35 se había dejado un 2%.
Sin embargo, en sólo dos jornadas, y mientras que los índices europeos están planos, el Ibex 35 ha recuperado un 3%. ¿Qué ha pasado?
No que se haya aplicado el artículo 155, que, como decía, se preveía conflictivo, sino que la tarde del 27 Rajoy dejó claro que su duración sería extremadamente breve y, sobre todo, que su aplicación sería “pacífica”. Con esta palabra mágica Rajoy cerraba el paréntesis de violencia abierto el día 1 por parte del único agente que la había ejercido.
Que tengamos que agradecer este gesto a las presiones europeas no resta motivos para la satisfacción.