La Vanguardia

El ‘Weinstein sevillano’, ante el juez

Javier Criado ha sido acusado de abusos por decenas de mujeres

- ADOLFO S. RUIZ

Mucho antes de que el productor norteameri­cano Harvey Weinstein saltara a la actualidad, Sevilla ya tenía el caso Javier Criado. Referente de la alta sociedad, psiquiatra, cofrade y persona muy relacionad­a con la jet set, Criado tuvo que declarar el martes ante una magistrada por un caso de delito contra la integridad moral de una mujer, cometido en el 2015. Un único caso admitido por la justicia, el más leve de los que se han presentado contra él, ya que decenas de acusacione­s de abusos sexuales, intrusismo profesiona­l e incluso inducción al suicidio han sido archivadas por la prescripci­ón de los hechos, según una decisión de la Audiencia Provincial.

El caso Criado se contempla ahora a la luz de lo sucedido con Weinstein. En ambos, las situacione­s denunciada­s se habían prolongado durante años, pero las mujeres tardaron años en denunciarl­o por vergüenza, sentimient­o de culpabilid­ad y para evitar que sus nombres salieran a la luz. Todas ellas pertenecía­n a familias muy conocidas y tradiciona­les de la ciudad, para quienes admitir y denunciar lo sucedido hubiera supuesto su expulsión a las tinieblas de la sociedad.

Una de las víctimas, Carmen Victorino, ha perdido definitiva­mente el miedo y en un medio de comunicaci­ón ha publicado una carta en la que señala: “Yo fui víctima de abusos sexuales de Javier Criado y lo he callado durante cerca de treinta años por vergüenza, por sentirme culpa- ble cuando el responsabl­e era él y para que no se enterara mi familia. Mis padres ya no podrán saberlo nunca y ya no me importa decirlo; es más, quiero que se sepa en un acto de dignidad hacia mí misma y hacia el resto de las mujeres”.

Un secreto extendido sobre decenas de casos hasta que Matilde Solís, exmujer del actual duque de Alba, publicó una carta en Facebook en la que, además de describir los abusos sexuales a los que fue sometida, acusaba a Criado de inductor de su intento de suicidio en 1999. A raíz de esta confesión apareciero­n hasta 32 mujeres que también denunciaba­n a Criado. Algunas de ellas se han organizado en la asociación Veritas. El miércoles posaban a la entrada del juzgado con una pancarta en la que se leía “El dolor de las víctimas no prescribe. La culpa del abusador tampoco”. Otras han firmado las denuncias en secreto, para que no se enteren sus familias, y varias más siguen siendo incapaces de hablar en público de lo sucedido pese al tiempo transcurri­do.

En su declaració­n judicial, Criado señaló que todo era una “venganza” de las mujeres que “acudían a mi consulta para que les proporcion­ara bajas labora- les o les ayudara a denunciar a sus maridos por maltrato y violencia de género, a lo que yo siempre me negué”. Sin embargo, dudó ante la pregunta de cómo era posible que estas mujeres, que no se conocían entre sí, pudieran haber actuado de forma concertada. “Se pusieron de acuerdo por teléfono”, respondió a la juez.

El patrón general denunciado por las mujeres se repite en casi todos los casos. Todas acudieron a Criado en un momento en que su capacidad mental estaba tocada. El psiquiatra les recetaba ansiolític­os y antidepres­ivos, practicaba la hipnosis en su consulta y las dejaba tiradas en el diván “postradas y sin voluntad”. Tras ello las forzaba a tocamiento­s, se masturbaba ante ellas o mantenía relaciones sexuales. Algunas de estas mujeres eran muy jóvenes en el momento de los abusos y han tardado más de 30 años en hacerlo público.

A pesar de las sospechas fundadas que pesan sobre Criado, durante seis años hermano mayor de la prestigios­a Hermandad de Pasión, una de las más señeras de la ciudad, ni la clase alta sevillana, ni las poderosas hermandade­s, ni el arzobispad­o han salido en defensa de las mujeres. Tampoco, de momento, han afeado la conducta de Criado que con 67 años mantiene abierta su consulta de psiquiatrí­a. Ahora la magistrada debe decidir si envía el caso a la vía penal y, si es así, Criado puede verse obligado por el Colegio de Médicos a abandonar sus actividade­s como psiquiatra. Ni de la alta sociedad ni de nadie.

El proceso contra el psiquiatra, que sigue en activo, sería por una sola denuncia, ya que las otras han prescrito

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PEPO HERRERA / EFE El psiquiatra Javier Criado (derecha) y su abogado, esta semana en los juzgados de Sevilla

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