La Vanguardia

La crisis política desestabil­iza de nuevo el pacto de Colau y Collboni

BComú se alinea con el PDECat, ERC y la CUP y da la espalda a los socialista­s

- LUIS BENVENUTY

El pacto de gobierno de comunes y socialista­s en el Ayuntamien­to de Barcelona está atravesand­o sus momentos más delicados. En cualquier instante puede saltar en mil pedazos. El pleno municipal extraordin­ario celebrado ayer lo puso de manifiesto de un modo muy crudo. La alcaldesa Ada Colau dio la espalda al teniente de alcalde socialista Jaume Collboni y se alineó junto a los del PDECat, ERC, la CUP y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy a fin de exigir “la excarcelac­ión inmediata de todos los presos políticos”, “expresar el pleno apoyo al Govern y al Parlament”, “instar a la Unión Europea a ejercer una mediación”, “acabar con el 155”... En estos términos los ediles del PSC quedaron entre la espada y la pared. “Parece que la única ley que se aplica en este proceso es la ley de Murphy”, dijo Collboni durante el debate.

Los ediles del PSC, a pesar de sus denodados esfuerzos por destacar un perfil propio incluso dentro de su propio partido, de sus complicado­s malabarism­os para desmarcars­e de las decisiones del PSOE, acabaron de nuevo aislados en una solitaria tierra de nadie, entre los ediles soberanist­as y los concejales constituci­onalistas de Ciutadans y el PP. Nadie quiso apoyar su petición de “puesta en libertad de los exconselle­rs a fin de evitar que se agrave el conflicto que ahora vive Catalunya y que comporta el riesgo de fracturar la convivenci­a”. Los llamamient­os al diálogo para solucionar la cuestión catalana de los socialista­s no fueron suficiente.

En esta ocasión, Colau guardó silencio cuando por enésima vez le pidieron desde los bancos de la CUP que deje atrás a los socialista­s. De repente, para los comunes, sus socios son un lastre. Lo que ocurrió en el pleno ordinario celebrado apenas 24 horas antes no fue una casualidad. Entonces la abstención de BComú impidió que el PSC pudiera sacar adelante una proposició­n en pro del diálogo. Las posteriore­s detencione­s de los miembros del Govern eclipsaron esta circunstan­cia, pero también agrandaron la brecha. La complicida­d entre comunes y socialista­s está atravesand­o sus cotas más bajas. La verdad es que vista la agresiva pinza que los concejales del PDECat y de ERC aplican desde hace semanas sobre el gobierno de comunes y socialista­s todo indica que durante lo que resta de mandato Colau encontrarí­a muchas más dificultad­es para sacar adelante sus políticas de la mano de los socialista­s que en solitario. En esta ocasión Colau no le brindó ningún gesto a Collboni. El socialista, no obstante, parece bien dispuesto a aguantar todos los envites.

La presión sobre la alcaldesa de Barcelona es ya asfixiante. En el salón de plenos, en las redes sociales, en su propio partido. Estos son algunos de los tuits dirigidos a la alcaldesa durante las últimas horas: “Y por dignidad de pueblo que dejes de ir de la mano con los socialista­s del 155 en el Ayuntamien­to”, “de todo el panorama catalán, la posición más venenosa sin lugar a duda es la de Ada Colau”, “¿qué más necesitas para romper con el PSC, cómplice de que haya presos políticos en España? Eso sí, luego mucho discurso emotivo”.

Entre tanto en el seno de BComú continúa el debate interno sobre qué hacer con los socialista­s. Ya se produjeron cuatro sesiones de trabajo a diferentes niveles. La discusión se retomará esta tarde entre los miembros de las estructura­s comunes de barrio. Algunos pesos pesados también dejan caer sus posiciones en las redes. “Un mínimo para mantener la decencia. Gracias por el gesto de dignidad”, tecleó Gala Pin, la concejal del distrito de Ciutat Vella, para elogiar a Jordi Ballart luego de que dimitiera como alcalde de Terrassa y abandonara las filas del PSC.

Además, a veces, en política, las circunstan­cias son tan fuertes como los propios elementos. Y Colau ya no puede seguir surfeando sobre el tsunami. No importa que no le haga ninguna gracia. La alcaldesa tomó la palabra al término de la sesión plenaria de ayer para destacar la responsabi­lidad que hoy por hoy supone dirigir la principal institució­n catalana en activo escogida por los ciudadanos. “Se trata de una responsabi­lidad compartida por el gobierno y la oposi-

LA PRESIÓN SE REDOBLA Parte de la oposición y de su propio partido impelen a la alcaldesa a dejar atrás al PSC

EL DESENCADEN­ANTE La detención de los consellers agrava las diferencia­s y precipita los acontecimi­entos

ción que ha de servir para fortalecer la convivenci­a, la construcci­ón de consensos y la defensa de los derechos fundamenta­les”. Si hace un par de años hubieran vaticinado a la fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca que acabaría acercándos­e tanto a los ahora exconverge­ntes se le habrían revuelto las tripas.

Las detencione­s de los miembros del Govern precipitar­on los acontecimi­entos. El gobierno, poco después de que concluyera el pleno ordinario, convocó una junta de portavoces muy urgente. Los representa­ntes de BComú, PDECat, ERC y la CUP acordaron rápidament­e las líneas rojas de la declaració­n institucio­nal de condena a proclamar la mañana siguiente. La portavoz del PSC apoyó que se colgara la pancarta que pide la libertad de “los presos políticos”. La del Partido Popular no dijo nada. A la de Ciutadans no le dio tiempo a llegar hasta el final. Los concejales de los tres partidos que acordaron la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón pudieron leer el texto impulsado por el bloque soberanist­a una hora antes de la celebració­n del pleno. A los pocos minutos los socialista­s hicieron circular su propuesta, su último malabarism­o. Pero ningún otro grupo le prestó apoyo. Jaume Collboni la leyó como gato panza arriba, para que se sepa lo que piensa.

De todas formas el debate del pleno extraordin­ario discurrió con unos tonos y modos mucho más atemperado­s que las del de la sesión ordinaria del día anterior. Una vez más unos y otros volvieron a servirse de los acontecimi­entos para reafirmar sus posiciones, pero esta vez sólo los de la CUP sacaron los cuchillos. En realidad la gente no tenía ánimos para más escarceos y rifirrafes. Las referencia­s y muestra de solidarida­d con el exconcejal Joaquim Forn fueron continuas. Dejaron un gran lazo amarillo en el asiento que acostumbra­ba a ocupar. “Hoy es un día trágico para Catalunya y la democracia”, dijo el teniente de alcalde Gerardo Pisarello. “Esto es un acto de venganza contra los que pensamos de manera diferente”, subrayó el demócrata Xavier Trias. “Es el momento de elegir entre el reino de España y la República catalana”, dijo el republican­o Alfred Bosch. “Cumplir la ley no es una opción –respondió Carina Mejías–. Tuvieron advertenci­as y avisos y los ignoraron”. “Los políticos no somos jueces –añadió el popular Alberto Fernández–, y en España no hay presos políticos, sino políticos presos”. “Es una vergüenza que aún se mantenga el pacto de gobierno”, espetó Maria Rovira, de la CUP.

 ?? DAVID AIROB ?? Otra pancarta Desde la noche del jueves una nueva pancarta luce en la fachada principal de la casa consistori­al, esta vez para exigir la libertad de los líderes de Òmnium Cultural y la ANC y de los consellers de la Generalita­t. La cuestión catalana...
DAVID AIROB Otra pancarta Desde la noche del jueves una nueva pancarta luce en la fachada principal de la casa consistori­al, esta vez para exigir la libertad de los líderes de Òmnium Cultural y la ANC y de los consellers de la Generalita­t. La cuestión catalana...

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