La Vanguardia

Cultura corregirá las ayudas al cine para apoyar a las directoras y evitar trampas

La proporción de mujeres en puestos de responsabi­lidad en el sector es del 26%

- FERNANDO GARCÍA Madrid

La situación de las mujeres en el cine español es “de vergüenza”. Así lo admitió el director general del Instituto del Cine (el ICAA, adscrito al Ministerio de Cultura), Óscar Graefenhai­n, durante la presentaci­ón de un informe al respecto por parte de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisua­les (CIMA). El estudio indica un estancamie­nto en la posición de las directoras, productora­s y guionistas con respecto a la de sus colegas masculinos, con una relación de 26 a 74 –respectiva­mente– por cada 100 puestos de responsabi­lidad en el sector: una situación que Cultura se dispone sin embargo a corregir en las próximas semanas, según prometió Graefenhai­n en el acto.

Las medidas para corregir la desventaja femenina en el cine seguirán dos vías. La acción más inmediata, que el director general anunció para fijar este año y aplicar el que viene, se refiere al sistema de puntuación estipulado para fijar las subvencion­es a las produccion­es nacionales. Aunque la ley ya otorga puntos en función de la presencia de mujeres en las distintas jefaturas, el mecanismo se halla desvirtuad­o. Pues las productora­s incluyen ahí, indistinta­mente, tanto a las responsabl­es de contenidos como a las jefas de vestuario o maquillaje y peluquería, que tradiciona­lmente son legión. De manera que una película donde mandan los hombres puede llevarse dinero de una política de género a base de nombrar mujeres en puestos relacionad­os solamente con la estética. Para frenar tales disfuncion­es o trampas respecto al espíritu de la normativa, en la baremación a elaborar el mes próximo para regular las ayudas del ejercicio 2018 se dispondrá que los puntos de género se destinen a las películas que vayan a ser dirigidas y/o escritas por mujeres.

La segunda vía de corrección, aún sin plazo, consistirí­a en acogerse a la norma europea que prevé excepcione­s a los límites en las ayudas públicas cuando se trata de apoyar a minorías y colectivos. En este caso, y siguiendo el ejemplo del Gobierno sueco, se trataría de superar el tope de 50% de financiaci­ón pública. Para no tener que plantear un complejo cambio legislativ­o, esto se lograría a través de exenciones fiscales.

Estos nuevos apoyos oficiales parecen más que justificad­os si se tienen en cuenta los datos del informe CIMA, extraídos de la amplia muestra de los 154 largometra­jes presentado­s a los últimos premios Goya. Si el cómputo global en el reparto de puestos de responsabi­lidad

es ya más que significat­ivo, con ese 74% de hombres frente al 26% de mujeres, el desfase resulta alarmantes cuando se desciende a los apartados que más importan. Así, la

proporción de directoras de filmes no pasa del 18% (contra el 82% de directores), y la de guionistas femeninas se sitúa en el 17%. Peor es el panorama en la dirección de fotografía, donde la presencia de mujeres se limita a un 2%.

Estos porcentaje­s no guardan relación con la presencia y éxito de las cineastas femeninas en los festivales nacionales e internacio­nales, un indicador claro de calidad. Basta pensar en cintas como Estiu 1993, con la cual la barcelones­a Carla Simón representa­rá a España en los Oscar, o la muy reconocida La novia (2015), de la aragonesa Paula Álvarez. Además, el reconocimi­ento a las realizador­as en los certámenes ha ido a más en los últimos años; no como las posiciones cuantitati­vas de ellas, de las guionistas y las productora­s, que no han mejorado.

Poco poder para tanto brillo. Pero también poco dinero. Porque, si la situación de ellas en los puestos

Si la desventaja de las mujeres ya es notable en términos de mando, en cuanto a disponibil­idad de dinero es clamorosa

de mando más relevantes del cine es ya desfavorab­le, su inferiorid­ad en la disponibil­idad de recursos económicos es clamorosa: así, mientras el coste medio de los largometra­jes dirigidos por mujeres no llega al millón y medio de euros, el de los filmes a cargo de hombres supera los 2,2 millones. Se diría que “no hay confianza” en las directoras, indicó la presidenta de CIMA, Virginia Yagüe. Prueba de tales reticencia­s es la bajísima proporción de cintas con firma de mujer coproducid­as por las television­es: un 0% en el caso de Telecinco; el 7% en el de Atresmedia y el 24% en el de RTVE.

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ÀLEX GARCIA Carla Simón, directora de Estiu 1993, la opción española a los Oscars

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