La Vanguardia

Venezuela quiere reestructu­rar su deuda externa para evitar la quiebra

Maduro culpa a las sanciones, mientras la inflación se dispara un 50% en octubre

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, intenta evitar la suspensión de pagos azotado por la crisis económica. El Gobierno de Nicolás Maduro anunció la intención de reestructu­rar la deuda externa, aunque no quedaba claro si esto implicaría que los acreedores, citados para el próximo 13 de noviembre, deberían asumir algún tipo de pérdida.

De acuerdo con la agencia Bloomberg, hay un 79% de posibilida­des de que tenga lugar un default este año, mientras que en los próximos cinco años el porcentaje sube a un categórico 99%. El mandatario culpó de la delicada situación económica que vive el país a las sanciones dictadas por EE.UU., que prohíben negociar nuevas emisiones del Gobierno de Caracas y la petrolera estatal PDVSA, que está siendo víctima de la caída de los precios internacio­nales de petróleo en los últimos dos años.

Justo hoy había que liquidar unos 1.121 millones de dólares a los tenedores de bonos de PDSVA. Los rusos Rosneft adelantaro­n unos 6.000 millones de dólares en concepto de futuras entregas de crudo y miran con preocupaci­ón a los acontecimi­entos. Entre la deuda soberana y la de la petrolera, en noviembre el país debe reembolsar unos 1.890. millones de dólares, según la consultora Aristimuño Herrera & Asociados.Y las reservas de divisas de Venezuela están en su nivel más bajo de los últimos veinte años, unos 10.000 millones, mientras que el PIB el año pasado se desplomó un 10%.

Ángel García, director de la consultora Econometrí­a, asegura que “miembros del círculo de poder de Maduro también poseen deuda, de ahí el interés que tiene el Gobierno Bolivarian­o en priorizar los pagos en lugar de destinar recursos a reformar el sistema económico”.

Pese a las dificultad­es, Caracas sigue aumentando los gastos en el apartado social. Acaba de subir por quinta vez en el año el salario mínimo anual, un 30% más., con lo que la llamada renta integral de base ya se sitúa en los 136 dólares. Unas decisiones que Maduro ha justificad­o para “reforzar aún más la protección de los trabajador­es”.

Pero de poco van a servir, porque Venezuela entró esta semana en la hiperinfla­ción. Los precios se dispararon un 50,6% en octubre respecto al mes anterior. La inflación este año llegará un 652% en términos interanual­es, la más alta del mundo. El FMI cree que para el 2018 llegará al 2.349%. El Gobierno presentó esta semana el nuevo billete de 100.000 bolívares. Hace un año, el mayor estaba representa­do por 100 bolívares, es decir 1.000 veces menos.“Venezuela es el único país del mundo en el que a la gente le aterra un aumento salarial porque sabe que todos los precios van a aumentar en función de eso”, dijo María Carolina Uzcátegui, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios. “Estas alzas causan distorsion­es salariales, fiscales y monetarias”, confirma García.

Mientras tanto, en los comercios hay crisis abastecimi­ento de productos básicos. “El problema es que una vez que cayeron los ingresos del crudo, a nivel político se ha administra­do mal”, sostiene Wilheim López, economista y agente de bolsa en Caracas. “Maduro se enfrenta

Caracas continúa subsidiand­o la economía pese a que los ingresos del petróleo han caído

a un dilema: o suspende pagos, pide ayuda al FMI y compra bienes de primera necesidad para la población. O bien cumple con sus compromiso­s de deuda”, explica. “Como el Estado bolivarian­o no reconoce los agentes del mercado dudo de que haga lo primero. En todo caso– indica López–, Maduro debería haber anunciado la reestructu­ración de la deuda una vez haya alcanzado un acuerdo, no antes. Esto sólo aumenta la confusión”.

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ARIANA CUBILLOS / AP Nicolás Maduro, presidente de Venezuela

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