La Vanguardia

FELIGRESES DE TODA LA CIUDAD

-

Así que el káiser Guillermo II decidió construir en el mismo lugar la actual catedral; las obras empezaron en 1894 y la inauguraci­ón se ofició en 1905. Como todos los grandes templos ubicados en zonas céntricas y turísticas, la catedral berlinesa brega con el hecho de ser imán para visitantes, y con el deber de mantener la atención religiosa a la comunidad. Son los mismos retos que afrontan otras iglesias y santuarios monumental­es de ciudades globales; les ocurre lo mismo a las catedrales de Barcelona o Santiago de Compostela, a NotreDame de París, a las grandes iglesias romanas y florentina­s, y qué decir de la basílica de la Sagrada Família... Encajar fe y turismo implica un continuo ejercicio de logística y creativida­d para sus pastores, y para las propias comunidade­s. El Berliner Dom tiene la particular­idad de no estar asignado exclusivam­ente al barrio, así que entre sus 1.500 feligreses hay muchos del circundant­e distrito de Mitte, desde luego, pero también del resto de Berlín, e incluso del land de Brandembur­go, que rodea a la capital. La pastora principal, Petra Zimmermann, sostiene que esa composició­n heterogéne­a, unida a la ubicación de la catedral y a su relevancia histórica, hacen que esta iglesia esté muy unida a Berlín en su conjunto. Y que por todo ello, iglesia y comunidad tienen mucho que decir sobre urbanismo y sobre decisiones estratégic­as de la ciudad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain