La amenaza che
Séptima victoria seguida del Valencia y Thomas salva al Atlético
El 3-0 que le endosó ayer el Valencia al Leganés no hace sino certificar la buena racha del conjunto entrenado por Marcelino García Toral, que disfruta de un merecido segundo lugar en la clasificación de la liga merced a las siete victorias consecutivas de un conjunto que por fin parece satisfacer a su exigente hinchada.
De polvorín a fortín. Mestalla no tiene nada que ver con el de las últimas dos temporadas, en las que sólo vio ganar al Valencia ocho y seis veces. En cambio, en este inicio ya ha presenciado cinco triunfos. La culpa la tiene Marcelino, que está haciendo historia y tiene al equipo segundo en la Liga después de ganar por primera vez en un mismo campeonato siete jornadas seguidas. Su última víctima fue el Leganés, que llegó como la segunda mejor defensa del torneo y se llevó tres goles de Mestalla.
El marcador lo abrió Parejo, disfrazado de Ronaldinho, para marcar una falta por debajo de la barrera. Una genialidad de un jugador que antes desesperaba a la grada y ahora emociona con su clase y picardía. Todo ha cambiado. Hasta la suerte sonríe al conjunto che pues Beauvue, solo en el área pequeña, envió a las nubes la ocasión perfecta para empatar. Tras el descanso, con espacios, Guedes y Andreas Pereira desbordaron una y otra vez hasta que Rodrigo cabeceó a la red un centro del brasileño.
Pero ya se sabe que en Mestalla la felicidad nunca puede ser completa. Esta vez fue Zaza el que rompió la armonía. El delantero italiano, que jugó 78 minutos, se quedó sin marcar y no pudo igualar el récord de Mundo de siete partidos consecutivos con gol. Zaza no pudo soportar que su sustituto, Santi Mina, cerrase la cuenta desde el punto de penalti y abandonó el banquillo mientras la grada celebraba el 3-0 final.
Ahora Zaza tendrá que ir con cuidado la próxima jornada en Cornellà pues tiene cuatro amarillas y corre el riesgo de perderse por sanción el Valencia-Barça del 26 de noviembre.
También el Atlético sigue sin perder pero sus sensaciones son otras. Los rojiblancos, impotentes, sufrieron lo indecible para marcar en Riazor. Incluso Simeone sustituyó a Griezmann a falta de 10 minutos para meter a Giménez como pivote. Al final, Thomas salvó al Cholo al clavar una falta indirecta en el minuto 91 (0-1)