La Vanguardia

Guy Nohra

Guy Nohra, inversor en ciencias de la vida, cofundador de Alta Life Sciences

- PÁGINA 87

FUNDADOR DE ALTA LIFE SCIENCES

Considerad­o por Forbes uno de los gurús del capital riesgo, el estadounid­ense Guy Nohra apuesta por el potencial científico de Barcelona a través del fondo Alta Life Sciences para invertir en nuevos proyectos.

Alos inversores, internacio­nales pero sobre todo a los locales, “los tenemos que convencer de que aquí en Barcelona hay una ciencia de primer nivel”, dice Guy Nohra, considerad­o por Forbes uno de los reyes Midas del capital riesgo (en el 2007), cofundador de Alta Partners (una de las tres firmas de inversión en ciencias de la vida más importante­s del mundo el 2013 y 2014), y desde hace un año, socio de Alta Life Sciences en Barcelona.

Este proyecto es el primero que Nohra hace fuera de Estados Unidos, y tiene como socios a Montse Vendrell( que fue directora generaldel Barcelona I ns ti tu te ofSci en ceand Te ch no logy,deBiocatyd el Parc Científic); Miguel Valls (era emprededor e inversor en Silicon Valley), y Scott Moonly (norteameri­cano, con experienci­a en investigac­ión, inversión y en gestión de empresas del sector). El fondo está gestionado por Altamar Capital Partners, de Madrid. Ara Nohra pasa la mitad de su tiempo en Barcelona; el fondo está en periodo de captación de recursos –no dicen la cifra, podrían ser 175 millones–, y es importante su función de puente con Estados Unidos.

Guy Nohra nació en Siria en 1960, de padre francoliba­nés y madre italiana, y a los quince años emigró con su familia a Estados Unidos. Se licenció en Historia en Stanford, y empezó a trabajar vendiendo dispositiv­os médicos a Asia. Dicen que toca la guitarra y que en algún momento hubiera podido ser una estrella de rock, pero optó por ir a una escuela de negocios de Chicago, y después de pasar por una farmacéuti­ca, en 1989 entró en capital riesgo, en San Francisco. Siete años después crearía Alta Partners: en ocho fondos ha levantado 2.000 millones de dólares invertidos en más de 150 empresas, de las cuales 54 han salido a bolsa.

Su pasión por Barcelona nació hacia el 2014, cuando venía a la ciudad, con Scott Moonly, para ver los estudios clínicos que hacía en la Teknon una empresa participad­a suya americana. Y aquí detectó lo mismo que cuando a mediados de los años noventa conoció el ecosistema de San Diego: “Había fuerte infraestru­ctura de ciencia básica, hospitales, buenos emprendedo­res, y lo que hacía falta era infusionar­lo con capital profesiona­l”. Entonces profundizó, “junté el instinto con los datos, y decidí hacer alguna cosa aquí”.

Los socios de Alta Life Sciences trabajan en la sede del Barcelona Tech City, y ya han hecho la primera inversión, liderando una ronda de 4,2 millones en Peptomycs, spin off de Vall d'Hebron que desarrolla una terapia contra el cáncer.

Nohra es muy optimista con respecto a Barcelona: todavía no es Cambridge (el Reino Unido), “pero por eso aquí están las oportunida­des, para invertir en empresas que ya están en fase clínica, que han sido apoyadas por inversores locales, y que ahora necesitan a alguien más grande para liderar las siguientes rondas. Ahora es el momento perfecto”.

Guy Nohra opta por la prudencia para valorar el momento político que vive Catalunya. “El venture capital es un negocio a largo plazo, y con esta perspectiv­a, la situación actual no tiene impacto. Quizás sí afecte a los nuestros inversores, o a las empresas biotech. Pero se tiene que seguir invirtiend­o en ciencia”. Esta es la pedagogía que también le toca hacer cuando se reúne con family offices e inversores privados para convencerl­os de que le confíen su dinero. “Las ciencias de la vida son de los espacios financiera­mente más exitosos, y además, tenso impacto en la sociedad”.

Confía en que su presencia en Barcelona atraerá en otros fondos internacio­nales, porque se ha propuesto –y se lo toma como un reto personal, ahora que ya no le hace falta demostrar nada– que el ecosistema local esté en la división de honor de la biotecnolo­gía mundial. “Todavía no tenemos bastantes empresas exitosas, en el sentido de que se hayan vendido o coticen en los mercados”, reconoce. “Nos falta un nuevo ciclo, que en este sector son de dos a cuatro años”. Es por eso que está convencido que ahora es el momento de estar en Barcelona para invertir.

Apasionado de su trabajo y de los deportes, dice que en Europa eso quiere decir fútbol, y por eso busca invertir en algún club pequeño, para divertirse. Igual que cada verano patrocina en un grupo de una quincena de jóvenes estudiante­s de música, de EE.UU., con pocos recursos, que actúan durante tres semanas en Sitges. Todo gira en cómo entiende el mundo: “Un inversor es como un artesano, la gente piensa que es un analista financiero, pero lo que se necesita es buen criterio. Claro que hay que mirar los números, pero al final, lo que importa son las personas”.

LLEGAR A PRIMERA DIVISIÓN “Hace falta un nuevo ciclo, de dos a cuatro años, para que haya empresas exitosas”

EL MOMENTO PERFECTO “Barcelona todavía no es Cambridge, por eso ahora están aquí las oportunida­des”

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XAVIER CERVERA Guy Nohra es ciudadano de Estados Unidos, nació en Siria y ahora pasa la mitad de su tiempo en Barcelona

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