Sed de justicia
Un Camp Nou reivindicativo pide la libertad de los presos políticos
El club escondió sus cartas. La última manifestación oficial del Barcelona en el estadio, con motivo del partido contra el Olympiacos, dos días después de la privación de libertad de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, quedó entre descafeinada y ridícula. Aquel DRE, acrónimo de Diàleg, Respecte, Esport, puede reivindicarse en cualquier partido y estadio del mundo, motivo por el cual se multiplicaron las críticas a la entidad blaugrana. Las dimensiones de la pancarta eran colosales, pero su mensaje, demasiado templado en relación al estado de ánimo de buena parte del barcelonismo. Un estado de ánimo que no ha experimentado precisamente una distensión con el encarcelamiento de ocho miembros del Govern.
En el ágora de la reivindicación de causas justas que históricamente han sido los campos del Barça, ayer tocaba volver a manifestarse, pero el club escondió el mensaje hasta unos minutos antes del partido, de manera que no pudo ser criticado de antemano. En coincidencia con el himno y la salida de los jugadores al terreno de juego se desplegó en la zona central de la tribuna lateral una colosal bandera catalana de unos 900 m2, flanqueada por dos pancartas con la palabra justicia en catalán y en inglés. “¡Llibertat, llibertat, llibertat!”. La lluvia, incómoda y persistente, no pudo apagar el clamor prácticamente unánime de la parroquia blaugrana cuando concluyó el himno.
Explican en la directiva que la acción buscaba un máximo impacto televisivo y que el lema elegido, justicia, comprende la reivindicación de la libertad de los presos políticos a la vez que subraya un valor universalmente compartido. En cualquier caso, el entrenador del Barça B, Gerard López, había sido mucho más explícito en la previa del partido que hoy disputará su equipo en el campo de la Cultural Leonesa, al considerar injustos e indignantes los encarcelamientos ordenados por la Audiencia Nacional: “No hay derecho a que nos traten como a criminales, aunque tenemos que hacer cierta autocrítica porque nuestro Govern, en algún momento, no fue del todo claro”.
También se exhibió determinación en la zona de animación, detrás de la portería que inicialmente ocupó Ter Stegen. Una extensa pancarta exigía la liberación de “todos los presos políticos” y otra acusaba a Europa de ser una vergüenza. Ambos mensajes, en inglés. Pero no había nadie en la grada. Los grupos de animación protestaron con su ausencia durante los primeros diez minutos.
La consigna “llibertat, llibertat”, se reproducía cíclicamente, muchas veces acompañada por el batir de palmas; otras con la coletilla “presos políticos”. La proclama quedó interrumpida súbitamente en el minuto 13, cuando Muriel arrebató un balón a Umtiti y avanzó en solitario hacia la portería blaugrana. Silencio. En cambio, cuando se quiso imponer un silencio de unos minutos al estilo de los que guarda el Palau Blaugrana resultó imposible. Entre los turistas que no se enteran de nada y los cambios de ritmo de Messi que hacen incontenibles las expresiones de admiración, más silencio hubo en las fases bajas de juego que cuando se los proponían los aficionados. Tampoco funcionó la coreografía de la exhibición de las cuartillas de entidades soberanistas. La lluvia perjudicó el reparto en las inmediaciones del Camp Nou y, durante el partido, el personal estaba más pendiente de guarecerse que de levantar un papel mojado, que sólo afloró en las zonas cubiertas.
La cuestión es si en los próximos partidos, las visitas del Murcia (29 de noviembre) y el Celta (3 de diciembre), el Camp Nou tendrá nuevos motivos de protesta. El 1 de octubre el club decidió jugar a puerta cerrada como respuesta a la violencia policial durante el referéndum, contra el Olympiacos el club se pronunció mediante una pancarta repudiada por la masa, ayer la climatología no evitó las enérgicas reacciones de los seguidores, más fervientes en la primera parte que en la segunda. En este acto la reivindicación se mezcló con una aclamación casi inédita: “¡Paquito Alcácer, lololololo, Paquito Alcácer!”. El delantero de Torrent hizo justicia con dos goles reivindicativos.
Una bandera catalana de 900 m2 presidió la salida de los futbolistas al terreno de juego
Entre la ignorancia de los turistas y los cambios de ritmo de Messi la protesta silenciosa no surtió efecto