Pálmarsson ya seduce
El central islandés debuta con un gol en la victoria plácida al Zagreb
“Me he sentido como un niño en el país de los caramelos”. Aron Pálmarsson expresaba así su emoción de debutar con la camiseta del Barça, y en el Palau ante su afición. El central islandés, el nuevo ídolo del balonmano blaugrana, tuvo un estreno plácido, con victoria cómoda ante el Zagreb (32-22), discreto en la estadística individual –un gol y dos asistencias–, pero muy prometedor en sensaciones, en todo lo que empezó a dejar entrever.
“Nos puede dar de todo”, sintetizaba Xavi Pascual, encantado con la incorporación del islandés, uno de los mejores jugadores del mundo por el que el Barça ha pagado cerca de un millón de euros al Veszprém para reforzar una posición tan sensible como la del director de orquesta. Con apenas una semana de entrenamientos con sus compañeros, Pasqui prefirió que Pálmarsson no debutase el miércoles en Cangas y lo hiciese ayer, al calor del Palau, que lo acogió con una cerrada ovación desde la presentación. “Con el número 34, bienvenido al Palau, Aaaaaron Páaaaaalmarsson”, rugía el speaker. El islandés saludó abrumado, “con la piel de gallina”, confesaba. “Ha sido impresionante. No podría describirlo. Había jugado aquí de rival y ahora estoy en el otro lado, llevando una camiseta que no es cualquiera, es la del Barça”.
Hacía exactamente cinco meses que no jugaba un partido oficial, desde el 4 de junio. Ironías de la vida, fue contra el Barça en Colonia, en el partido por el tercer puesto de la final four. Le marcó 8 goles a su futuro equipo. Luego llegó el apagón. Se declaró en rebeldía en el Vezsprém el 24 de julio para forzar su salida al Barça, y ya ni se entrenó ni jugó más. Hasta ayer: 5 meses. Como volver a nacer como jugador.
“Me he sentido muy bien, una sensación impresionante. Aunque no me esperaba jugar tanto; en los últimos minutos estaba cansado, pero no se lo iba a decir al entrenador... Habrá sido porque estábamos jugando muy bien y el resultado era cómodo”, justificaba Aron, que entró a los 20m23s, con un plácido 12-6, por Entrerríos. En esos 10 minutos hasta el descanso el islandés dio una asistencia de gol a Syprzak (el 13-6) y lanzó tres veces, dos fuera y una al palo, con su característico lanzamiento de cadera.
Pálmarsson, que durante los cinco meses de parón se ha entrenado con un preparador personal en Islandia, se mostró muy participativo en ataque, con ganas de agradar, buscando la circulación y los pases interiores –conectó bien con el pivote, no tanto con los extremos–, marcando el ritmo, y estuvo intimidatorio en defensa gracias a su físico. Cerró su primer partido blaugrana con un gol (1/5), con 2/3 asistencias y dos pérdidas.
“Lo he visto bien, tiene una gran capacidad táctica y no hay que explicarle demasiado”, decía Pasqui. “Espero de él que se deje ir, que enseñe su uno contra uno, que sea el central del futuro, y que sujete al equipo con la dirección y el ritmo, como hace Raúl y antes Sarmiento, espero que lo coja rápido, que permita variabilidad en la primera línea... Nos puede dar de todo”.
Ante el Zagreb, el Barça tuvo un partido plácido gracias a una salida contundente (10-5 a los 15m), basada en la efectividad de Ristovski (acabó con 12/32, 38%) y el acierto goleador de Mem (4), Lenne (4), Rivera (5, 1p) y Syprzak (6).
LA EMOCIÓN DEL ESTRENO “Me he sentido como un niño en el país de los caramelos, ha sido impresionante”