La Vanguardia

El príncipe de Twitter

El multimillo­nario Alualid bin Talal es uno de los purgados en la ofensiva anticorrup­ción saudí

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Está entre las 50 personas más ricas del planeta. Tiene 62 años y una fortuna estimada que va de los 19.000 a los 32.000 millones de dólares, según las fuentes que se consulten. El que seguro que lo tiene muy claro es él. El príncipe Alualid bin Talal, uno de los príncipes multimillo­narios detenidos en Arabia Saudí por presunta corrupción. Puntilloso en extremo y capaz de leer balances mientras mantiene una conversaci­ón sobre negocios y mira algún canal de noticias –dispone de grandes inversione­s en el ámbito audiovisua­l–, recienteme­nte demandó a Forbes porque afirmó que faltaban miles de millones de dólares en los cálculos que la publicació­n hizo sobre su fortuna.

El príncipe Alualid se ha dedicado desde siempre a hacer crecer la fabulosa y abultada herencia que recibió de su padre y su abuelo y no se ha metido en política de forma directa. Sí ha hecho, en cambio, gestos importante­s para marcar cierta distancia con la ortodoxia del reino con palabras y algunos hechos. Un tercio de todos los empleados de su gigantesco holding KHC (Kingdom Holding Company) son mujeres.

Además, entre el nutrido equipo de pilotos de aviación que tiene para hacer volar su enorme flota privada de jets cuenta desde hace mucho tiempo con una mujer. Y lo hizo mucho antes de que se anunciara que las féminas saudíes podrán volver a conducir coches. Cuenta, además con un Airbus A-380 y una Boeing 747.

Sin embargo, también ha sido capaz de llevar a cabo iniciativa­s que comprometí­an la calidad de sus valores humanos como ha sido la contrataci­ón en masa de enanos para sus centros lúdicos de lujo con spa en mitad del desierto. Los enanos cumplen funciones de entretenim­iento al estilo de los antiguos juglares y complement­an los servicios.

Estos centros de recreo son una pequeña parte de su gigantesca fortuna que se cimenta en operacione­s financiera­s. Cuenta, a través de su holding, con acciones de compañías tan populares como Twitter, Apple, Disney, 21th Century Fox o Time Warner, además de activos en Citygroup y en cadenas hoteleras de lujo.

Fue precisamen­te en este área de negocio cuando trató por última vez con Donald Trump, hoy presidente de Estados Unidos. Alualid lideró un grupo inversor que se hizo con el control de hotel Plaza de Nueva York, que era del magnate neoyorquin­o, y al que un par de décadas antes ya le había comprado un yate de lujo.

En el 2015, al comenzar la carrera hacia la Casa Blanca, Alualid dijo de Trump que era una “desgracia” para los republican­os y para Estados Unidos y le pidió que se retirara, puesto que, según el saudí, nunca la ganaría.

Muy puntilloso y excéntrico, es capaz de contratar legiones de enanos para su divertimen­to

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