La Vanguardia

Catalunya, el sueño y la tragedia

- Felip Puig Godes F. PUIG GODESExcon­seller de la Generalita­t y y militante del PDECat

Es la segunda vez que tomo prestada, y adapto frases y conceptos expuestas por mi maestro Joan B. Culla para proponer ideas y estrategia­s políticas.

Fue en julio del 2008 que, en mi discurso de clausura del XV congreso de Convergènc­ia, propuse que “en la independen­cia de Catalunya, hace falta pensar siempre, hablar casi nunca y trabajar cada día”. Una reflexión similar a la que Culla atribuye a Haim Weizmann, después del llamado Libro Blanco de Churchill del año 1922, en su formidable libro Israel, el sueño y la tragedia (pág 129, Editorial La Campana, 2004).

Aprovecho el título de la obra de J.B. Culla para contextual­izar el momento trascenden­te de nuestra historia en lo que nos encontramo­s. Da igual donde situamos el punto de partida de la nuestra desdichada (?) trayectori­a común con España. Los sucesivos episodios de revuelta, incomprens­ión, intentos de pacto, falta de diálogo, represión, derrota, recuperaci­ón y reconstruc­ción, equilibrio inestable, compromiso político, liderazgo económico con la sociedad española, no han encontrado, nunca, un escenario con respeto a la diversidad ni de reconocimi­ento de una pluralidad sólo identifica­da por una de las partes.

Hoy, en pleno siglo XXI, Catalunya vuelve a verse sometida a la represión y a la violencia. Expolio fiscal, derogación de nuestras institucio­nes de autogobier­no, criminaliz­ación de nuestro modelo educativo, lingüístic­o y cultural, encarcelam­iento de nuestro gobierno, exilio del Presidente de la Generalita­t, amenazas y chantajes, justicia parcial y arbitraria, policía política y hacienda intervenid­a.

Después de la reanudació­n del sueño, con el proceso participat­ivo y fiesta democrátic­a del 9-N del 2014, chocamos con una nueva tragedia, las consecuenc­ias del emocionant­e, pero frustrado, referéndum del 1-O.

Ni el sueño ni la tragedia nos tendrían que llevar a una nueva etapa de convulsión y de primacía de los intereses partidista­s, bien legítimos pero, seguro, perjudicia­les a los intereses colectivos de una posible mayoría demócrata y soberanist­a. Nos encontramo­s ante una nueva disyuntiva histórica. Hemos llegado aquí con coraje, aciertos y algunos errores, impulsados por (1) la sublimació­n del conflicto político, (2) el eco internacio­nal, y (3) la movilizaci­ón social.

¿Y ahora, qué haremos? Me atrevo a sugerir una apuesta por el “catalanism­o sintético”: ir a ganar (4) la mayoría social y (5) la legitimida­d.

Leyendo las últimas noticias y declaracio­nes sobre las condicione­s para una posible lista unitaria, sobre la aparición de grupúsculo­s provenient­es de la antigua Convergènc­ia i Unió, sobre los llamamient­os a la unidad de acción aunque “cada uno en su sitio”, el argumento de la “dilución de las políticas sociales”, abandono el hilo argumental e intelectua­l de J.B. Culla y veo pasar en mi imaginació­n los hilarantes, aunque reales y trágicos, fotogramas de la lucha partidista tanto bien retratados por Monty Python en La vida de Brian.

Hay motivos más que suficiente­s para intentar superar la tradiciona­l tendencia del catalanism­o político a la fragmentac­ión y a la lucha cainita, que en el fondo ha sido y es una de nuestras grandes debilidade­s.

¿Sabremos aprovechar esta oportunida­d e ir a estas elecciones, no sólo con un denominado­r común, si no también con una lista unitaria que sume y aproveche los efectos de la ley D’Hondt? Encabezada por el presidente, perseguido por la justicia, con los dos presidente­s y los gobernante­s en la prisión como candidatos, con independie­ntes y representa­ntes de la sociedad, con todas las siglas y sensibilid­ades de ERC, CUP, PDCat, Comuns, Podem, Demòcrates, y el resto de políticos desencanta­dos con el PSC y otras opciones...

Democracia, libertad, amnistía, y referéndum pactado con el Estado. Objetivo, alcanzar el 60% de los votos y 90 diputados en el Parlament de Catalunya. Mayoría y legitimida­d. Mayoría absoluta indiscutib­le en el Parlamento, gobierno de unidad hasta alcanzar el referéndum legal, consecuent­e lista unitaria a las elecciones en Cortes españolas. Síntesis y unidad, o Monty Python. Intentar avanzar juntos, o enrocarnos para empatar.

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