“La reacción del invitado da veracidad a mi magia”
Ilusionista de
Antonio Díaz (Badia del Vallès, 1986) se ha convertido en el “mago de la tele” tras cuatro años al frente de El Mago Pop: 48 horas con (Dmax, sábados, 22 h), un formato en el que despliega sus mejores números de magia para sorprender a sus invitados, personajes relevantes de la música o la interpretación. En la nueva temporada ya han pasado por el espacio Antonio Orozco y Joaquín Reyes, y más tarde aparecerán Raúl Arévalo, Adrián Lastra, David Broncano y el rapero Arkano. Antonio Díaz, que ha vuelto al teatro en la Gran Vía de Madrid con el espectáculo Nada es imposible, se considera un repartidor de ilusiones y asegura que entre él y los espectadores existe un pacto: “Ellos saben que lo que hago esconde misterios, pero que evidentemente no es real. Yo sé que lo saben y jugamos a obviarlo. Al final es un juego”.
¿Como elegís a los invitados?
Entre Dmax y la productora El Terrat elaboramos una lista de invitados que puedan dar lugar a reacciones singulares. Porque el programa se basa sobre todo en esas reacciones de personajes conocidos que les colocamos en una tesitura desconocida como es enfrentarse a lo extraordinario.
¿No hay reticencias a venir?
No hemos tenido ninguna negativa. Todos se muestran muy predispuestos a venir. Siempre es sólo una cuestión de agendas. El programa es muy blanco y no entramos en nada que a la gente le pueda hacerse sentirse incómoda.
Cuatro años con este programa en Dmax, el pasado verano le vimos también en TV3 con Res és impossible... ¿Se siente el mago de la tele?
Tanto en mi caso como en los de otros ilusionistas que hacemos televisión sentimos la responsabilidad de intentar conectar con el máximo número de gente para que la magia se ponga de moda, le interese ver un programa magia en televisión y además se llenen teatros. Y la forma de conseguirlo es haciendo buena magia.
El verano pasado también se estrenó Pura magia en TVE. ¿Ha encontrado la magia su sitio en televisión?
Creo que sí. Y que además tiene un gran pasado, pero lo que más tiene es un futuro arrollador por su capacidad de conectar con todo el mundo y por su gran fuerza visual. El gran desafío a nivel mundial para los ilusionistas es encontrar nuevos formatos porque ahora todos se parecen mucho. Si logramos que la magia sea más cercana y entretenida, nos espera un futuro aún mejor.
¿Cree que aún muchos espectadores piensan que al tratarse de televisión se hacen trampas? Aún no está superado. Es otro de los grandes desafíos que tenemos planteados los ilusionistas que trabajamos en televisión: ser capaces de traspasar la pantalla y desconectar esa desconfianza. También depende del formato. En mi caso creo que funciona a través de la reacción de un invitado bastante conocido cuando muestra su asombro por todo lo que está sucediendo. Es lo que da veracidad a mis juegos. Pero en programas donde la magia se hace a gente anónima, puede pensarse que está preparado.
¿Cuando estrenó el programa, se imaginaba este recorrido?
La verdad es que no. Estoy muy agradecido porque además el grupo Discovery tiene la capacidad para que el programa se haya visto en más de 170 países. Nos ha cambiado la vida a mí y a mi equipo porque ahora tenemos trabajo por todo el mundo y tenemos muchos espectadores que llegan al teatro de una manera que no sucedía hace cinco años.
Me gusta pensar que no hay límite porque al final todo se puede versionar y darle una vuelta. En esa búsqueda está la clave. Gracias a verme obligado a realizar muchos trucos estos años con tantas horas de televisión, hemos hecho juegos a los que jamás hubiese llegado de otra manera. La urgencia también te hace llegar a soluciones increíbles.
¿Qué personajes posibles o imposibles le gustaría tener como invitados?
De los imposibles me hubiera gustado John Lennon. Y de los actuales a Coldplay, que me parecen muy divertidos, especialmente Chris Martin. Y a nivel nacional, Maribel Verdú, porque le explicaría lo importante que fue ella para mi adolescencia.