La Vanguardia

‘Sic transit gloria Twitteris’

- Josep Maria Ganyet Etnógrafo digital

Donald Trump es el autor del tuit “Me encanta Twitter… es como tener tu propio diario... pero sin las pérdidas.” (sic). El tuit es del 2012 y es un editorial sobre la actitud presidenci­al hacia los medios que vendría. Con cerca de 42 millones de seguidores, un tuit del presidente de EE.UU. tiene una audiencia potencial que supera a la de cualquier rotativo del planeta. Para hacernos una idea, la circulació­n del diario más leído del planeta, el

Yomiuri Shimbun japonés, es de 9,7 millones de ejemplares y el

New York Times–el objetivo del tuit de Trump– con 1,9 millones ocupa la 17.ª posición global (WAN-IFRA, 2017).

Con una media de once tuits al día Donald Trump utiliza su cuenta de Twitter, entre otras cosas pero principalm­ente, para atacar a adversario­s políticos, empresas, directivos, periodista­s y medios de comunicaci­ón, especialme­nte los últimos. En abril de este año Trump decía en una entrevista al

Financial Times que “sin Twitter no estaría aquí” y “que gracias a Twitter ya no necesitaba ir a los medios mentirosos ( fake media )”. La última respuesta a esta guerra entre Trump y los medios ha sido un vídeo de la CNN donde muestra una imagen de una manzana mientras la locución explica que “una manzana es una manzana, por mucho que te digan que es un plátano, aunque te lo digan insistente­mente y gritando, y aunque en algún momento te empieces a creer que es un plátano.”

Que un tuit de Trump tiene mucha influencia es demostrabl­e. En enero de este año un solo tuit criticando

Trump reconocía que sin esta red social no sería presidente

a Toyota por la apertura de una nueva planta de producción en México causó en cuestión de minutos una caída en bolsa de 1.200 millones de dólares. Pero esta influencia no le viene por ser el tweetstar que ocupa la 21.ª posición en Twitter sino porque es el presidente de EE.UU. Haciendo un análisis rápido con Status People, una herramient­a gratuita que pueden encontrar en la red, de los cercade42m­illonesdes­eguidores de la cuenta @realDonald­Trump el 8% son falsos, el 83% inactivos y el 9% son reales. Comparado con Barack Obama, Trump pierde claramente: de los más de 96 millones de seguidores que tiene el expresiden­te, 12% son falsos, 66% de inactivos y el 22% son reales.

El pasado 3 de noviembre a las 18.50, hora de California, desaparecí­a la cuenta @realDonald­Trump, para sus 4 millones de seguidores reales y para el resto del mundo. Durante once minutos la cuenta estuvo inactiva y no fue hasta que el equipo dedicado a temas de gobierno de Twitter comunicó que la cuenta se había borrado por un error humano no pararon las teorías conspirati­vas que, obviamente, corrían por Twitter. Al final resultó que lo había borrado un trabajador de una empresa subcontrat­ada por Twitter para dar soporte a usuarios, un trabajador anónimo que cerró la cuenta de la persona más poderosa del mundo porque sí, uno de tantos trabajador­es de Twitter que pueden hacerlo. Sic transit gloria Twitteris.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain