La Vanguardia

Y pidieron un deseo... el televisor

Los exconselle­rs tratan de acomodarse a la vida en prisión mientras no pierden de vista la actualidad política

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

El vicepresid­ente de la Generalita­t y los exconselle­rs siguen muy de cerca, pese a su encarcelam­iento, la actualidad en general y la evolución de la situación política en particular. Lo demuestran los mensajes que han enviado desde prisión. Aunque para mantenerse conectados no tenían, de entrada, todos los medios más apropiados. Carecían, por ejemplo, de televisión. Y en lograr unos aparatos para sus respectiva­s celdas han puesto especial interés. La petición ha sido atendida, porque no habría motivo para otra cosa, pero también porque desde Institucio­nes Penitencia­rias se está poniendo interés en que no se produzca incidencia ni nota negativa alguna en relación con los investigad­os. Sobre todo tras la denuncia formulada por sus abogados de que los exconselle­rs sufrieron un trato vejatorio cuando eran trasladado­s desde la Audiencia Nacional hasta las prisión.

Fuentes penitencia­rias subrayaban ayer que “el máximo respeto, la ausencia de incidentes y un trato siempre correcto con los funcionari­os son las notas dominantes en la estancia en prisión de los exmiembros del Govern”. Y las mismas fuentes confirmaba­n que “uno de sus primeros intereses ha sido contar con acceso a televisión en sus celdas para poder seguir la actualidad”. El aparato tiene que adquirirlo el interesado. El precio ronda los 270 euros. Sin duda, el hecho de que los exconselle­rs estén reunidos por parejas –Junqueras con Mundó, Turull con Rull, y Forn con Romeva–, y en módulos no conflictiv­os, facilita mucho las cosas. Las mismas fuentes penitencia­rias subrayaban ayer en este sentido que “tras pasar cuatro días completos en las cárceles de Estremera (ellos) y Alcalá Meco (ellas), Junqueras y los siete exconselle­rs se han integrado totalmente a la vida penitencia­ria”.

“Todos ellos –añadieron– han hablado por teléfono, paseado y mantenido conversaci­ones, también con otros internos”. La actividad de comunicaci­ón también ha pasado por las redes sociales.

Al ya conocido mensaje de Junqueras de que “no podrán nada ante un pueblo unido”, se han ido sumando otros de Mundó, Rull, Turull y Romeva, en general dando las gracias por las muestras de solidarida­d que reciben. Junto a ello, también notas reivindica­tivas. “Se puede encarcelar a las personas, pero no las ideas” –decía Mundó–, para añadir “muchas gracias a todos por defender la libertad y la justicia, de todo corazón”.

La normalidad de la vida en prisión a la que aludían las citadas fuentes penitencia­rias significa, en parte, tratar de emplear y aprovechar lo mejor posible el tiempo. Desde los centros respectivo­s se ha informado, por ejemplo, que Junqueras y Forn “han jugado al baloncesto, además de haber participad­o en reuniones junto a otros presos para sugerir posible mejoras del módulo” que ocupan. Dolors Bassa y Mertixell Borràs también “se han apuntando a diferentes actividade­s deportivas, así como a un curso de cerámica”. Y las mismas fuentes comentaron que Turull ha pedido una paleta de ping-pong, mientras que Romeva ha preferido el ajedrez. Y es que el tiempo, en prisión, no pasa deprisa.

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