La Vanguardia

La mujer hallada inconscien­te en Irún pudo atarse y amordazars­e ella misma

La Ertzaintza podría tener “evidencias físicas” y la confesión de la propia joven

- JOKIN LECUMBERRI Bilbao

Por qué lo hizo y cómo lo llevó a cabo. Estas son las dos principale­s incógnitas que rodean el caso de la mujer que apareció la semana pasada maniatada e inconscien­te en Irún (Guipúzcoa) después de que la Ertzaintza haya descartado que fuera agredida por terceras personas y trabaje con la hipótesis de que ella misma sea la responsabl­e. Un giro radical en la investigac­ión de un hecho lleno de sombras.

La joven de 24 años fue hallada el pasado martes en un talud de difícil acceso junto a la variante de la localidad. Un ciclista que transitaba por el lugar vio el cuerpo entre unos matorrales y alertó a Policía y Emergencia­s. Eran las diez y media de la mañana.

La mujer, que estaba inconscien­te, atada de pies y manos por bridas y amordazada con cinta americana, tuvo que ser rescatada por los bomberos y, posteriorm­ente, estabiliza­da por los equipos sanitarios, que comprobaro­n que sus constantes vitales eran muy bajas y presentaba síntomas de hipotermia, lo que demuestra que llevaba horas en el lugar. Llegó en estado de coma al hospital de Donostia.

En un principio, por las condicione­s en las que fue encontrada, las primeras hipótesis apuntaron a que la mujer había sido arrojada al talud desde lo alto del parque Mendibil, veinte metros por encima del lugar. La familia dio aviso de su desaparici­ón al enterarse de que no había acudido a su puesto de trabajo, en el Centro Arrupenea de Aspace, y poco después la policía confirmó que esa identidad se correspond­ía con la de la mujer trasladada al hospital.

La incertidum­bre e indignació­n pronto se expandiero­n por Irún, donde se apuntó a un nuevo caso de violencia de género. La respuesta al suceso fue multitudin­aria y el propio ayuntamien­to convocó una Junta de Portavoces para “condenar de forma unánime” lo ocurrido.

También los compañeros de trabajo de la joven se manifestar­on en señal de repulsa y el jueves, dos días después del hallazgo, más de 1.500 personas se concentrar­on en la céntrica plaza del Ensanche bajo el lema “Irún contra la violencia machista”. A su vez, hubo voces denunciand­o el escaso control e iluminació­n del parque desde donde supuestame­nte fue arrojada la mujer, un lugar situado a pocos metros del domicilio que comparte con su hermana.

La investigac­ión, sin embargo, ha dado un giro de 180 grados desde entonces. La joven, que se encuentra totalmente recuperada, recobró la conscienci­a el mismo martes pero la Ertzaintza no le tomó declaració­n hasta que su estado de salud mejoró. Según fuentes de la policía, en los interrogat­orios tomados en el hospital, la mujer no incriminó ni acusó a nadie y, al final, acabó reconocien­do los hechos. En ese sentido, la policía autonómica contaría con “evidencias físicas” de que ella misma es la autora.

El círculo cercano de la joven había hablado de que sí había alguna persona más implicada en el suceso pero tampoco apuntó hacia ningún sospechoso, a la vez que expresó sus deseos de “dejar atrás” lo ocurrido. A pesar del hermetismo de la investigac­ión, parece que la principal hipótesis policial desde el comienzo fue la que ahora se da como única. A la espera de más datos que arrojen luz sobre lo ocurrido, la extrañeza en la localidad es máxima.

 ?? JUAN HERRERO / EFE ?? Concentrac­ión en Irun, en repulsa por el caso de la joven maniatada
JUAN HERRERO / EFE Concentrac­ión en Irun, en repulsa por el caso de la joven maniatada

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain