El precio de los alquileres emerge como gran problema
El acceso a la vivienda es la preocupación primordial para el 6,7% de barceloneses, más del triple que hace sólo un año
Hace quince años, cuando aquellos que advertían de la burbuja inmobiliaria que se estaba gestando eran tachados de aguafiestas, el precio de los alquileres era una preocupación muy relativa. Estaba por detrás de una larga lista de elementos como el ruido, la contaminación, los problemas asociados a la inmigración... El principal problema por aquel entonces para uno de cada cinco barceloneses era la inseguridad. La escalada del precio de los pisos registrada en aquellos meses alteró las percepciones y en dos años se triplicó el número de ciudadanos que consideraban el acceso a la vivienda como el principal problema de Barcelona cuando eran preguntados en la Encuesta de Servicios Municipales realizada anualmente por el Ayuntamiento.
Algo similar ha pasado ahora en tan sólo un año. Si en el 2016 sólo era la primera preocupación del 2% de los encuestados, ahora lo es del 6,7%, más del triple. Entre una encuesta y otra, el precio de los alquileres se ha encarecido de media cerca de 100 euros en la ciudad, como informaba el pasado domingo
La Vanguardia, y se han disparado los casos de familias que se ven expulsadas de los pisos en los que han vivido los últimos años porque los propietarios les han subido el precio hasta niveles inasumibles.
Con todo, el problema más grave según los 6.000 entrevistados en el macrosondeo municipal anual es el turismo, que ha doblado el grado de preocupación de un 8,1 al 15,6% en un año. El trabajo de campo se realizó entre abril y junio de este año, cuando el debate sobre la masificación turística estaba a la orden del día. El atentado de la Rambla en agosto y los acontecimientos políticos de las últimas semanas han eliminado de la agenda política palabras como “turismofobia” y seguramente el resultado sería muy diferente si los encuestados respondiesen ahora. Aunque el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, considera que “es una tendencia que se mantiene ya que la cuestión de fondo no ha desaparecido”, lo cierto es que en cuatro meses la encuesta ha quedado desfasada, como un símbolo de lo cambiante y efímero que es todo últimamente en Catalunya.
El incremento del acceso a la vivienda y el turismo como nuevos problemas para la ciudadanía restan peso al paro y la situación económica, siguiendo la tendencia marcada desde hace tres años, cuando empezaron a remitir los efectos más duros de la crisis. Aun así, el paro se mantiene como el problema personal más grave para los encuestados (17,5%), seguido de los problemas económicos (7%) y... el acceso a la vivienda (5,9%), un aspecto que al fin y al cabo no deja de ser una circunstancia estrechamente ligada a los ingresos de la unidad familiar y su capacidad de poder llegar a fin de mes pagando el alquiler.
En cuanto a la gestión municipal, los barceloneses puntúan al gobierno de Ada Colau con un 6,4, la nota más alta de la serie histórica y por encima de la valoración que hacen esos mismos ciudadanos de la Generalitat (5,7) y del Gobierno español (3,6). “El Ayuntamiento es visto como la institución más estable y eso es algo que hemos de preservar entre todos”, valoró Pisarello, que achacó la buena nota al “modelo Barcelona de gestión rigurosa de la economía y la agenda social”. Pese a ello, aunque la gestión de las arcas municipales es aprobada, la relación entre los servicios que recibe la ciudadanía y los impuestos que pagan dejan más vecinos insatisfechos (55%) que satisfechos.
La principal demanda que hacen los barceloneses al Ayuntamiento es la mejora de la limpieza, tema local y de vida cotidiana por antonomasia. Le siguen la mejora de la calidad del turismo y facilitar el acceso a la vivienda, una petición que se dispara en la misma línea que los anteriores indicadores de la encuesta, pasando del 2,7% al 7,4%.
La necesidad de mejorar el transporte y las infraestructuras, que el año pasado aumentó de manera importante, esta vez vuelve a bajar ligeramente y queda incluso por debajo de la necesidad de aumentar y mejorar los equipamientos y servicios municipales, que mantienen las buenas notas de anteriores ediciones, igual que el transporte público. Todo lo contrario apuntan aquellos que se mueven en vehículo privado. De hecho, el único servicio municipal que suspende es el aparcamiento, con un 3,7, y la circulación aprueba por los pelos, con un 5,1.
LA MAYOR PREOCUPACIÓN
El turismo era visto como el problema capital de la ciudad antes del verano
LA PRINCIPAL DEMANDA
La necesidad de mejorar la limpieza es la queja más expresada por los encuestados