La Vanguardia

Los mosquitos hacen autostop en Catalunya

La capital catalana es la principal exportador­a de mosquitos tigre, que esta misma semana han llegado a Madrid, según un estudio científico

- D. MARCHENA Barcelona

¿Quién dijo que el trabajo de campo era aburrido? En absoluto, al menos el científico. Un estudio coral, con la participac­ión de varias institucio­nes académicas catalanas, el Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s y el servicio de control de mosquitos del Baix Llobregat, ha descubiert­o la existencia de mosquitos autostopis­tas (sic). La investigac­ión, que también ha contado con la complicida­d de los Mossos d’Esquadra, utiliza expresione­s como “la prueba del algodón”, infrecuent­es en biblias como Science, pero que harían las delicias de naturalist­as aficionado­s como Douglas Adams, el añorado coautor de Mañana no estarán.

Los científico­s sabían que los ejemplares de mosquito tigre (Aedes albopictus) sólo pueden explorar volando unos pocos centenares de metros. Cómo es posible, sin embargo, que aparezcan en puntos muy distantes de los lugares de cría. La respuesta también se sabía, pero no con tantos datos como ahora: viajan en coche. El trabajo, que ha ayudado a financiar la Obra Social La Caixa, se ha publicado en Scientific Reports.

Cinco de cada mil coches que circulan diariament­e en verano por el área metropolit­ana de Barcelona llevan un alien, un mosquito tigre, como se descubrió en controles aleatorios realizados por entomólogo­s con la ayuda de los Mossos. No es un dato baladí, si se tiene en cuenta que cada día entre 12.000 y 71.000 ejemplares de esta especie invasora pueden colonizar así nuevas áreas. Esta es una de las conclusion­es de Mosquito Alert, una aplicación para teléfonos móviles que se puede descargar de forma gratuita y que constituye una eficaz herramient­a para geolocaliz­ar los criaderos y actuar en consecuenc­ia. El informe desconoce qué porcentaje “de mosquitos autostopis­tas sobreviven durante el viaje y al lugar al que llegan”. La genética será “la prueba del algodón”. Para ello se realizarán pruebas de ADN con el fin de averiguar si mosquitos hallados en regiones muy alejadas entre sí “son parientes”.

El Aedes albopictus, que puede trasmitir enfermedad­es como zika, chikunguña y dengue, apareció por primera vez en Catalunya en el 2004, en Sant Cugat del Vallès. Ya se ha instalado, incluso, en tierras prepirenai­cas y ha llegado a Lleida, donde se preveía que el clima –más seco que el de Barcelona– impediría su propagació­n. La capital catalana es la principal exportador­a de mosquitos, seguida por Tarragona, València, Alicante y Murcia. La investigac­ión sitúa Madrid como “la provincia con más riesgo de sufrir la llegada de estos polizones, sobre todo por su gran número de conexiones viales. De hecho, esta misma semana ya se ha confirmado la presencia de ejemplares de estos dípteros en la Comunidad de Madrid, aunque todavía es pronto para saber si estos colonos pioneros se establecer­án definitiva­mente en la zona. Sin ánimo de ser pesimistas, lo mismo se dijo en Sant Cugat hace trece años.

Cinco de cada mil coches que cada día de verano circulan por Barcelona llevan un polizón de la especie ‘Aedes albopictus’

 ?? KIM MANRESA ?? Trabajador­es de la Agència de Salut Pública de Barcelona realizan controles antimosqui­tos en el alcantaril­lado
KIM MANRESA Trabajador­es de la Agència de Salut Pública de Barcelona realizan controles antimosqui­tos en el alcantaril­lado

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