Más que una palabra ‘cool’
El ‘big data’ ya es una tecnología básica en el engranaje de las empresas, que echan en falta profesionales especializados
El big data no era sólo una palabra cool para emprendedores y conferenciantes sino una tecnología que ha acabado convirtiéndose en un pilar para el engranaje de cualquier empresa. No sólo porque el análisis masivo de datos permite conocer al cliente en profundidad y ajustar la oferta a su gusto, sino porque esta tecnología también prevé el fraude, acota riesgos y mejora la eficiencia. Hoy, el informático no solamente es un trabajador más en la empresa sino un directivo clave en conocer el mercado y el funcionamiento de la empresa.
Se habló en el Big Data Congress, celebrado hace unas semanas en Barcelona con más de 1.500 participantes y ponentes de varios sectores. Marc Torrent, director del Centro de Excelencia de big data de Barcelona, explicaba que el sector, hace unos años incipiente, ha alcanzado la primera fase de madurez. “En torno a 6 millones de personas trabajan en este sector en la UE. En Catalunya, un 19% de compañías ya lo utilizan (según datos de Acció) y más de 70 empresas se dedican a proveer este servicio”.
Torrent pronostica que los expertos en big data se incrementarán
a medida que las compañías tradicionales adopten esta tecnología. En este sentido, Carme Artigas, consejera delegada de Synergic Partners (especializada en este servicio), destaca que la dificultad de la implantación no está en las empresas nuevas –que nacen con el big data en el ADN– ni en las grandes compañías, que cuentan con recursos para comprar la tecnología, sino en empresas tradicionales, especialmente pymes, sin cultura para dar este paso. Artigas advierte a estas empresas que “el big data es un asunto de estrategia de negocio y no de informática” y añade que la tecnología se encuentra desde hace años en open source, por lo que su coste no es una excusa para implantarla. Aun así, reconoce que lo que pide mayor esfuerzo es la captación de talento, de trabajadores que conozcan cómo utilizarlo y obtener de él rendimiento.
Una tarea que se complica, además, si se tiene en cuenta la poca
oferta y la alta demanda de expertos en big data. Según Torrent, que cita un informe de IDC y Open Evidence para la CE, en el año 2016 faltaron unos 420.000 profesionales especializados en big data en la UE. Es un escenario que según Artigas es en parte inevitable, porque a pesar de la creciente oferta formativa (en Catalunya hay cerca de una decena de másters universitarios), la industria evoluciona más deprisa que la academia. Por lo tanto, apunta, parte de la formación necesariamente la tiene que llevar a cabo la empresa. Jordi Vitrià, profesor y director del máster Foundations of Data Science en la UB, no cree que falte oferta formativa, ni tampoco tantos profesionales como dice el informe sino que ve necesario que la oferta académica se adapte a la nueva demanda.
Sin embargo, el informe pronostica un futuro a peor: la tecnología será tan relevante que la diferencia entre demanda y oferta de profesionales se ensanchará hasta 770.000 trabajadores en el 2020. Y eso sólo demostrará que esta palabra que suena para algunos tan “cool” (tan vacía) es realmente un cambio de paradigma en el mundo empresarial. Tema aparte, dice Vitrià, es que la remuneración de estos profesionales en España sea la adecuada. Hace falta cambiar el chip.
Un 19% de empresas en Catalunya utiliza ya estas tecnologías y unas 70 compañías ofrecen servicios