El Barça deja al Real Madrid a diez puntos
El Barça suma y sigue y ya tiene al Real y al Atlético a diez puntos
La Liga está sólo en noviembre pero Madrid queda muy lejos. Ahora mismo, a un abismo del Barça. El conjunto barcelonista saldó su compromiso en Leganés sin sobresaltos y por la noche ganó otro partido, el del derbi madrileño, ya que ni blancos ni colchoneros fueron capaces de mover el marcador. Ese ejercicio de incapacidad combinado con las matemáticas prestaciones del Barcelona impulsan la ventaja blaugrana hasta los diez puntos con respecto al equipo de Zinédine Zidane, su archienemigo, y también sobre el conjunto de Simeone. Agazapado, solamente parece aguantar el ritmo endiablado de los de Valverde el Valencia, que hoy se examina en Cornellà a la espera del duelo del próximo domingo en Mestalla ante el Barcelona.
El líder no se sale del mapa por su fútbol soberbio pero los equipos de Madrid ni juegan ni tienen puntería. El conjunto madridista no llevaba tan pocos goles a estas alturas desde 2006 y hacía más de un año y medio que un partido de los blancos no terminaba como empezó. La delantera del Madrid está en crisis y entre Cristiano, Benzema y Bale suman los mismos goles en el campeonato que Paulinho.
El Barça hizo los deberes antes del derbi madrileño para meter presión, una presión que surtió efecto. Ganó casi sin querer, por su propio peso, con esa versión plomiza que enseña a veces a domicilio.
La hora, un rival bien estructurado defensivamente, venir de un parón FIFA, el solete que invitaba más a una siesta que a saltar al césped… Todo eso se puede exponer como eximente para unos biorritmos bajos, aunque claro que en esa franja se juega en casi toda Europa. Lo cierto es que el fútbol barcelonista, de servicios mínimos por momentos, se echó una siesta durante un rato.
No así su cuenta de resultados, que continúa a toda máquina, como una computadora. 17 partidos sin perder acumula el conjunto de Ernesto Valverde, que no cae desde la Supercopa veraniega ante el Madrid, hace ya tres meses. El armazón del equipo, implacable en las áreas, no se discute y Ter Stegen, maravilloso, sólo ha recibido cuatro goles en lo que va del campeonato. El tópico dice que la mejor defensa es un buen ataque pero los entrenadores saben que, ya sea con el balón o con el ardor, los equipos que no son sólidos pierden muchos boletos en la rifa de los títulos.
Los números impresionantes de este Barça pragmático le llevan a igualar en la Liga los de la temporada de Tito Vilanova y la de Gerardo Martino. En aquellos ejercicios (2012-2013 y 20132014) y en el actual once victorias y un empate se plasmaban en el balance barcelonista. Una hoja de ruta que tendrá en una semana la dura prueba de Mestalla, aunque antes el Valencia intentará salir airoso de Cornellà, donde le espera esta tarde el Espanyol.
Decía Valverde que el partido importante de Madrid ayer para el Barcelona era el de Butarque, que ganando allí lo que pasara más tarde se podía mirar con una mayor tranquilidad. Quizá por eso no hizo rotaciones, apostó por el conservadurismo en la alineación y enseñó, como en el Wanda Metropolitano tras la anterior parada por las selecciones, que no le afecta mucho a la hora de tomar decisiones qué futbolistas han ido con sus países y cuáles se han quedado con él trabajando en Sant Joan Despí. La apuesta le salió muy bien con un matiz, en el sentido de que pierde a Piqué para Valencia tras una decisión equivocada de Undiano Mallenco. El veterano colegiado parecía saber a la hora de juzgar esa acción, un agarrón sin más trascendencia, que el central estaba amenazado de sanción.
Ese fue el único punto negro de una victoria de suma y sigue. Los sibaritas están en su derecho de pedir un fútbol que transmita más poesía, un juego más sinfónico, pero el Barça es fiable y desde esa eficacia se mira la Liga desde arriba. Por el retrovisor aparece el referido Valencia y, de lejos, el Madrid, que ya ha tropezado en cinco partidos, y el Atlético. Sólo es noviembre, pero...