La broma rusa a Cospedal
En el clima enrarecido de las relaciones entre la Unión Europea y Rusia por las interferencias electorales, la broma gastada por un humorista ruso a la ministra de Defensa española, María Dolores de Cospedal, ha sido todo menos oportuna. El conocido humorista Stoliarov se hizo pasar por el ministro de Defensa de Letonia en una llamada telefónica en la que reveló que tenían pruebas de que Puigdemont era un espía ruso con el nombre en clave de Cipollino (un personaje mítico en los dibujos de la era soviética). La ministra Cospedal dijo ayer que “fue una conversación muy rara” por lo que dejó de hablar (definitivamente rara cuando dicen que la mitad de los turistas rusos que viajan a España son agentes del Kremlin). Stoliarov ya participó en una broma pesada a Elton John en el 2015 tras usurpar la identidad al presidente Putin que, días más tarde, llamó al cantante. El humor de Sputnik, un conglomerado multimedia bajo control del Estado, no suele, en cambio, bromear sobre el líder de Rusia.