En busca del nuevo ‘Juego de tronos’
La millonaria inversión de Amazon por adaptar ‘El señor de los anillos’ revela cómo ha cambiado el negocio del servicio de vídeo bajo demanda
Tener una serie que te coloque (o te mantenga) en el mapa del vídeo bajo demanda y atraiga nuevos suscriptores. Es el objetivo no sólo de plataformas como Netflix o HBO, sino también de otras compañías, originalmente ajenas a la industria televisiva, que no quieren dejarse perder una parte de ese apetitoso pastel. Que se confirmara esta semana que Amazon producirá una adaptación televisiva de El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien no hacía más que revelar cómo ha cambiado el negocio de la ficción serielizada, no sólo por lo que significa de estrategia sino por el montante económico: entre 170 y 215 millones de euros se han pagado sólo por los derechos de las novelas, sin contar los costes de desarrollo y de producción. Una cifra que da a entender que se trata de un negocio muy boyante.
Jeff Bezos, fundador y director ejecutivo de Amazon, llevaba tiempo tras el objetivo de conseguir una serie que pudiera convertirse en un fenómeno mundial al estilo de Juego de Tronos (HBO), The walking dead (AMC) o Stranger things (Netflix). Un deseo que se transformó en necesidad después de que el último premio Emmy a mejor serie dramática fuera para The handmaid’s tale, una producción de la plataforma Hulu, con un recorrido menor en la producción original, pero que lograba convertirse en la primera compañía de streaming en ganar ese galardón por delante de dos monstruos como Netflix o Amazon.
“Amazon quiere dominar el mundo en línea. Y una de sus piezas clave es el entretenimiento. Ha hecho series sólidas como Transparent, Mozart in the jungle o American Gods, y también fichó a Woody Allen, pero aún no tiene esa serie de prestigio, ese Juego de Tronos que ahora intentará con El señor de los anillos”, argumenta Elena Neira, profesora de Ciencias de la Información y Comunicación de la UOC y autora del libro La otra pantalla.
Amazon ha adelantado que mostrará tramas “nunca antes vistas” de la trilogía de J. R. R. Tolkien y que se rodará una serie de múltiples temporadas (que se estrenará en 2020) además de desarrollar diversas secuelas. “El objetivo es crear una serie de series, o lo que es lo mismo, una franquicia”, explica Toni de la Torre, crítico de series y autor del libro Historia de las series. Es el mismo camino que puede emprender HBO tras ver como la apuesta de Westworld para sustituir a Juego de tronos como buque insignia de la cadena no acabó de cuajar entre su audiencia ni salió victoriosa en los últimos Emmy. Ahora la opción que tiene más probabilidades es seguir explotando el universo de George R.R. Martin, para lo cual se está trabajando con hasta cinco proyectos.
“Juego de tronos y El señor de los anillos tienen en común, además de pertenecer al género fantástico, que son dos universos muy ricos donde se pueden generar muchas historias y en los que muchos personajes pueden tener un desarrollo interesan- te”, explica De la Torre. Netflix ha llevado una estrategia parecida con los superhéroes de Marvel, factoría de la que el pasado viernes estrenó su sexta serie, The Punisher. “La idea no es tanto explotar una serie creando secuelas, sino crear una red de ficciones paralelas centradas en el mismo universo con vasos comunicantes y que se retroalimenten”, analiza De la Torre.
Netflix tendrá, sin embargo, que buscar próximamente un relevo a la factoría Marvel, cuyos derechos son de Disney, compañía que ha anunciado que creará su propio servicio de streaming en el 2019. Pero al margen de lo que suceda con Marvel, la gran baza de Disney será Star wars (La guerra de las galaxias). La compañía deja de lado la animación para desarrollar una serie (o varias) de Star wars con actores de carne y hueso, que será su
gran activo. En España, no obstante, Disney ha llegado un acuerdo para emitir sus contenidos en Movistar+.
Precisamente la plataforma de Telefónica lidera la producción original propia en la televisión de pago en España. Tiene previsto lanzar doce series cada año, una estrategia que ya ha arrancado con el estreno de Velvet Colección y La zona. Su objetivo no es la expansión internacional, sino competir con garantías tras la llegada de otras plataformas a España. Netflix, HBO, Amazon y Sky han desembarcado aquí en menos de dos años y, además de ser compe- tencia, tienen en exclusiva sus nuevas ficciones estrella como Stranger
things, Westworld o American Gods. “Nuestra fuerza es ofrecer contenidos de carácter local y de mucha calidad con los que nuestros espectadores se sientan muy identificados”, afirma Domingo Corral, director de ficción de Movistar.
Gigantes tecnológicos como Apple, YouTube y Facebook también han mostrado su predisposición a entrar en este mercado. Apple, que ha desarrollado un par de proyectos pero que aún está lejos de Netflix o HBO, tiene previsto destinar 1.000 millones de dólares para producir nuevos contenidos originales en 2018, según anunció The Wall
Street Journal en agosto pasado. El primero de esos proyectos tendrá a Steven Spielberg como reclamo ya que se producirá una nueva versión de Amazing stories, la serie que creó y dirigió en los años ochenta.
Y mientras, YouTube parece estancada tras haber lanzado el servicio de suscripción YouTube Red, Facebook podría ser la gran tapada que se revelara determinante en los próximos años. Neira se muestra convencida que “Facebook dará que hablar en el futuro porque tiene una mayor penetración en una audiencia muy interesante”. Es una red social más adulta, con un profundo conocimiento sobre las preferencias de sus usuarios y una tradición muy sólida sirviendo video. “Y además es un servicio hasta ahora gratuito basado en la publicidad, con lo cual ahí puede haber un factor interesante que modifique las reglas del juego”, añade.
El panorama presente ha cambiado en muy poco tiempo y todas las compañías coinciden en su estrategia de apostar por la producción original. “De alguna manera es la superación del modelo de suscripción entendido como la última de las etapas en la explotación de contenidos audiovisuales. Los servicios de suscripción de vídeo bajo demanda, tradicionalmente basados en la explotación de catálogo, están convirtiendo las producciones originales en su pilar fundamental. Son auténticas televisiones por internet”, concluye Neira.
Las compañías de streaming necesitan marcas muy conocidas por el público para atraer más suscriptores