Once de gala, inicio de lujo
El plan de Valverde triunfa en Leganés con los goles de Suárez y un imperial Ter Stegen
El once de gala del Barça lidera la Liga con un inicio de temporada casi perfecto que puede valer oro al final del campeonato. El plan le salió redondo a Valverde. Ni siquiera perder a Piqué para Mestalla empañó la actuación del equipo titular. Que nos quiten lo bailado, pensarán en el vestuario blaugrana, mirando desde la atalaya a sus perseguidores. Quizás con menos estrellas le hubiese bastado al líder contra un Leganés que se llevó un excesivo castigo pero el Barcelona no se permite ni un descanso y siempre se exige sumar de tres en tres. Esa es su mejor defensa.
A falta de esa brillantez que aún no llega en el centro del campo, el equipo domina las áreas, con un Ter Stegen imperial y el olfato de dos delanteros de los de toda la vida. El Barcelona que la temporada pasada jugaba con un delantero centro y empezó jugando ésta sin referencia, con Messi moviéndose con libertad, ahora vive con dos nueves letales. Alcácer dio los tres puntos ante el Sevilla con un doblete y Luis Suárez le dio réplica contra el Leganés.
Era Butarque pero viendo la alineación del Barcelona podría ser el Olímpico de Kiev. Era noviembre pero, con los nombres en la mano, parecía mayo. El Barcelona salió con todo lo que tiene ahora mismo y no se guardó nada contra el Leganés. Sin pensar en que inmediatamente después tiene que viajar a Turín y Valencia ni en que los internacionales venían de dos partidos con sus selecciones. Valverde vive al día y lo demuestra haciendo pocas rotaciones. El partido de ayer fue un nuevo ejemplo. El técnico no especula con el calendario ni con la ventaja en la clasificación y ahí se debe buscar la altísima puntuación del líder de Primera y de su salida en tromba en la Liga.
Ni siquiera con los dos centrales apercibidos Valverde quiso ser precavido para asegurarse la presencia de Piqué o Umtiti en Mestalla. Además, el Leganés le dio la razón. Porque el equipo de Asier Garitano, con su estilo, se demostró como un conjunto rocoso y muy ordenado, al que cuesta un mundo crearle oportunidades de gol. Sin necesidad de marcajes al hombre, logró que Messi tocase pocos balones en zona de peligro. Y sin la creatividad del diez, el Barça acabó recurriendo incluso a los pases largos para buscar las segundas jugadas gracias a la presión alta. Sudó tinta china para acercarse a la portería de Cuéllar.
Tan cierto es que el Barcelona tardó casi media hora en llegar como que marcó en su primera gran ocasión. Alcácer se plantó en el área y, cuando todo el mundo pensaba en un centro, su chut sorprendió a Cuéllar, que no pudo retener el esférico y Luis Suárez empujó a la red rompiendo su sequía de 479 minutos.
Valverde jugó con fuego y Piqué se quemó. A la jugada siguiente del 0-1, Amrabat recibió de espaldas y el central catalán forcejeó y no le permitió girarse cogiéndole de la camiseta. Piqué se precipitó porque no era, en ningún caso, una situación de emergencia. Por eso protestó tanto cuando Undiano Mallenco le enseñó la amarilla que le impedirá estar la semana que viene en Mestalla.
Tras el descanso, el Leganés buscó dar el susto pero Luis Suárez no le dio la opción. Como en el primer gol, otro disparo de Alcácer se le escapó al portero, y ahí estaba el uruguayo para hacer pagar el craso error contra el líder.
La diferencia también estuvo en los porteros. Si Cuéllar no estuvo nada acertado en los dos goles dejando la pelota muerta en el área, en la otra portería Ter Stegen se mostró en toda su plenitud y cortó las alas del Leganés en dos jugadas en las que acertó quedándose a media salida. Primero impidió el 1-1 a Beauvue, que le había ganado la espalda a Umtiti. Después frustró a Amrabat, que se había escapado de Piqué –lastrado por la amarilla–, el posible 2-1.
Con los deberes hechos por el once de gala, la cuenta la cerró Paulinho cuando el Leganés, equipo y público, estaba más pendiente de Undiano que del balón.