La cultura de la estabilidad laboral y la flexiseguridad
Otra de las palabras con significado propio en el modelo económico y social danés es flexicurity (flexiseguridad), que en el terreno laboral significa el equilibrio estable entre la facilidad de contratación y despido y la seguridad en la ocupación o los subsidios de paro, con políticas activas para evitar el desempleo de larga duración. En Dinamarca no hay salario mínimo, y la tasa de paro no llega al 4,5%. “El modelo danés se basa en el reconocimiento mutuo entre las patronales y los sindicatos (que representan a la gran mayoría de los trabajadores), y eso legitima la negociación colectiva, sin necesidad apenas de intervención del Estado. Por ejemplo, está estipulada la obligación de paz, por lo que el derecho a huelga sólo se aplica si hay amenaza a la vida y al honor. Y cuando hay que renovar los convenios, cada tres años, sí hay un período previsto en el que se puede hacer huelga”, explica Steen E. Navrbjerg, profesor de la Universidad de Copenhague experto en mercado laboral. “En la pasada crisis económica, se aceptó fácilmente que con rebajas salariales se evitaban despidos masivos”, añade. Este modelo corre el riesgo de perder fuerza ante el retroceso de afiliación que sufren los sindicatos tradicionales. La cultura del consenso, sin embargo, se mantiene. “La confianza mutua se traduce en estructuras poco jerárquicas en las empresas”, explica Navrbjerg. “Cuando una empresa nombra a un jefe, no basta con el cargo: tiene que ganarse el respeto de los empleados”, corroboran jóvenes catalanes que trabajan en Copenhague. “El jefe tiene un rol de guiar más que de controlar. Y las decisiones se toman por consenso: el proceso es más largo, pero la decisión final, más sólida”, añaden.