PREVENIR LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS CON AGUA Y JABÓN
La importancia de universalizar el lavado de manos
Una práctica tan cotidiana para una parte de los habitantes del planeta como lavarse las manos con agua y jabón sigue siendo inaccesible para la otra. Universalizarla es un punto prioritario de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que se trata de una de las medidas más sencillas y eficaces de aplicar para acabar con las enfermedades infecciosas. Según el informe Progresos en materia de saneamiento y agua, elaborado por la Organización Mundial de la Salud y Unicef, el 85% de la población en África subsahariana no dispone de instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón, lo que aumenta de forma considerable el riesgo de contraer trastornos como el de la diarrea. A su vez, el saneamiento deficiente y el agua contaminada también están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, la disentería, la hepatitis A y la fiebre tifoidea.
GARANTES DE UN DERECHO
Proyectos como el que lleva a cabo la Fundación Aquae junto con Unicef en la Amazonía peruana permiten obtener y llevar agua potable de calidad a cinco mil familias.
Una parte esencial de esta iniciativa es la utilización de herramientas de comunicación social para mejorar el conocimiento y las prácticas de cuidado e higiene en el hogar y de manejo de conservación del agua, para contribuir a la prevención de enfermedades prevalentes como las diarreas y la parasitosis. El lavado de manos está jugando un papel crucial en la mejora de la salud de estas comunidades.
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS
La higiene de manos también contribuye a detener la resistencia a los antibióticos, una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo, según informa la OMS.
La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Por ello, los expertos de la OMS destacan la necesidad de que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizarlos. Y enfatizan: aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza.
Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, sea a través de las campañas de vacunación, la práctica diaria del lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y en general de una buena higiene alimentaria.