La Vanguardia

PREPARANDO LA MARATÓN

Durante cuatro meses, ‘La Vanguardia’ seguirá la evolución de Pepi Morell, atleta amateur que prepara la Marató de Barcelona

- SERGIO HEREDIA Barcelona

La Vanguardia seguirá durante varios meses cómo se prepara Pepi Morell para la carrera de Barcelona.

Dice Pepi Morell (57): –Quién me lo iba a decir... Y retrocede en el tiempo, doce o trece años.

Se recuerda a sí misma sentada en la cafetería del gimnasio. Esperando a Antonio, el marido, que ahí dentro se entrenaba.

Quién se lo iba a decir... El viernes pasado, Pepi Morell se subía al tapiz rodante y se sometía a una prueba de esfuerzo máximo. Con el tubo en la boca y el tórax tachonado de ventosas, corría y corría.

La escena se registraba en la segunda planta de la Dexeus. Allí se encuentra el Institut Català de Medicina Esportiva (Icatme), que este año organiza múltiples actividade­s para conmemorar sus 25 años.

Mientras Pepi Morell se dejaba la piel, cuatro hombres la estaban observando.

Tres de ellos son científico­s. Uno era el doctor Mario Ros. Pertenece a Icatme. Los otros eran Ferran Faixat y Quim Rosales, de Faixat Healthcare. El cuarto testigo era Rafa Bucciero. Es el director técnico de ProAm. Y el entrenador de Morell.

–¿A qué hora has comido? ¿Has merendado algo? –le preguntaba Bucciero–. ¿Necesitas agua?

–Todo bien –respondía Morell. Al lío.

El lío: el tapiz arrancaba a 4 km/ h, con una pendiente máxima del 1%, y aceleraría minuto a minuto.

Mientras Morell corría, cada vez más deprisa, el ordenador recogía sus variables. La frecuencia cardíaca. El consumo de oxígeno máximo: 33,5 mililitros. El umbral aeróbico y el anaeróbico. La velocidad máxima que alcanzaría en la prueba: llegará a ponerse a 5m46s por kilómetro, con 172 pulsacione­s.

El doctor Ros observaba los datos. E iba voceando:

–Vas bien, vas bien. Venga, un poquito más...

Seis minutos y medio más tarde, la corredora decía basta.

Suficiente: los científico­s tenían todo lo que necesitaba­n.

(...)

¿A qué venía todo esto? En marzo, Pepi Morell correrá la Marató de Barcelona. Será su segunda experienci­a en la distancia.

Icatme ha decidido acompañarl­e en este proyecto. Hay más corredores implicados. El instituto monitoriza­rá el progreso de 16 de ellos.

Son sus conejillos de Indias. –En un programa de 16 semanas, vamos a estudiar la evolución de todos los atletas. Todos ellos son de nivel amateur. Analizarem­os todos los parámetros posibles. Les someteremo­s a electros, analizador­es de gases, consumos de oxígeno máximo, umbrales ventilator­ios... Incluso a una prueba cinética –dice el doctor Ros. –¿Cinética...?

–A ver cómo responde el organismo de un atleta, una vez se ha situado en el ritmo de carrera. Qué hace su metabolism­o, cómo consume, ¿es o no económico?

–Quién me lo iba a decir... –vuelve Pepi Morell.

En su primer maratón, el año pasado, Pepi Morell registró 4h59m. Ahora aspira a acercarse a las cuatro horas y media.

La Vanguardia también le acompañará en el proceso. Publicarem­os varios reportajes, observando su deriva hasta el punto culminante, que es el maratón.

Ahora habla Rafa Bucciero, el entrenador:

–Llevo tres años entrenándo­la. Más o menos ha ido evoluciona­ndo. Pero ahora vamos a abrir un ciclo específico para el maratón.

A partir de mañana, Pepi Morell se entrenará en el estadio Serrahima, en Montjuïc, dos veces a la semana. Hará trotes intensos y series en la pista junto a sus otros compañeros del equipo ProAm. Otro día lo pasará en el gimnasio Esportiu Badrena, en Sants. Y los domingos, tocará la tirada larga.

–Empezará corriendo unos 35 kilómetros semanales. En la fase de máximos, en enero, llegará a los 55 –dice Bucciero.

No será sencillo.

Pepi Morell es diabética, tipo 2. Diagnostic­ada hace diez años. El doctor Ros ofrece el estudio:

–Desde que se entrena, ha reducido las dosis: ha aumentado su sensibilid­ad a la insulina. Ahora combate la diabetes con una sola pastilla al día. También debe medicarse para el colesterol, aunque es una prevención primaria. Y toma vitamina D, cada quince días. Y se da dos inhalacion­es de ventolín antes del ejercicio.

Pepi Morell correrá series de 200 y 400 m. Habrá otras tiradas de mil metros. Por ahora, registra tres repeticion­es a 6m00s, con una recuperaci­ón de un minuto. Al final del proceso, debería estar haciendo ocho series de un kilómetro a 5m30s.

Eso calcula Bucciero. Le preguntamo­s a Pepi Morell: –Y todo esto, ¿para qué? –Llevaba años acompañand­o a mi marido, que iba al gimnasio. Mientras él se entrenaba, yo me quedaba fuera. Un día, en un sorteo, le tocaron unas zapatillas. Le iban pequeñas, así que fueron para mí. Decidí usarlas...

Le gustó la historia.

Salía a correr con el marido. Cogían los ferrocarri­les en Lesseps. Subían a la carretera de las Aigües y desde allí descendían corriendo.

Lo hacía por las tardes, en sus ratos libres.

–Que yo soy comisario de averías, especializ­ada en mercancías. En total trabajo unas ocho horas al día. O las que sean, que aquí no hay horarios...

–¿Y el sacrificio...?

–He bajado seis kilos en dos años (pesa 70 kilos, con un porcentaje de grasa corporal del 37,1% y un índice de masa corporal de 25,4 kg/ m2, datos cortesía de Faixat). He reducido la medicación por la diabetes y no tengo ansiedad. ¿Sabe una cosa? Antes, yo siempre le decía a mi marido que estaba loco...

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LLIBERT TEIXIDÓ Pepi Morell, en pleno esfuerzo sobre el tapiz rodante, mientras el doctor Mario Ros supervisa los datos en el ordenador, el viernes en Icatme

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