Apuesta política al más alto nivel por la sede de la EMA
Ofensiva diplomática para llevar hoy a Barcelona la Agencia del Medicamento Milán y Bratislava, grandes rivales para acoger un ‘regalo’ del Brexit
Llega el hora de la verdad para la candidatura de Barcelona a albergar la Agencia Europea del Medicamento después de meses de esfuerzos de la sociedad civil y de colaboración, en circunstancias más que adversas, de las administraciones central, autonómica y local. El consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea decidirá esta tarde a qué ciudad trasladará la sede del organismo cuando éste deje Londres, como consecuencia del Brexit, en principio en marzo del 2019.
Aunque deseada por los 900 trabajadores de la Agencia y sobresaliente en todos los criterios técnicos que Bruselas y el propio organismo recomendaron tener en cuenta a la hora de tomar la decisión, la candidatura de Barcelona ha perdido fuelle como consecuencia de la situación política en Catalunya. A día de hoy no figura entre las favoritas, pero el desenlace es imprevisible y la fe en la fortaleza y posibilidades de la candidatura no ha decaído.
A lo largo del fin de semana, desde Madrid y Barcelona se han intensificado las gestiones diplomáticas al más alto nivel para ganar votos. Se han movilizado desde el rey Felipe VI, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los ministros de Exteriores, Alfonso Dastis, y de Economía, Luis de Guindos. También Javier Solana y Josep Antoni Duran Lleida han tirado de su agenda de contactos internacionales para pedir apoyos a la candidatura catalana a la EMA, como se conoce a este organismo por sus siglas en inglés. Será la propia ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, quien excepcionalmente, represente a España en el Consejo de Asuntos Generales de la UE, un gesto que realza la apuesta por Barcelona. Montserrat llegará a Bruselas horas antes del voto, con tiempo para hacer gestiones de última hora para atar los apoyos a la candidatura.
La situación política “es una buena excusa para no votarnos” y quitarse así de en medio una rival potente, lamentan fuentes diplomáticas. Pero incluso sin ese obstáculo, la pelea por la Agencia sería complicada. En total, 19 ciudades han presentado candidaturas. Emergen dos favoritas, señalan varias diplomáticas: Milán, la principal rival del sur de Europa a la ofer- ta Barcelona, aunque Italia ya se llevó la última gran agencia que repartió la UE, y Bratislava, a pesar de que la evaluación interna realizada por la Agencia alerte de su falta de preparación técnica. Su mejor baza sería la cercanía a Viena, que también compite por la EMA.
Aunque la candidatura eslovaca “a mucha gente no le gusta”, afirma una fuente alta europea, empezando por los empleados de la Agencia, el país está jugando a fondo la carta política y otorga la máxima prioridad al criterio de dispersión geográfica de las agencias europeas. Diez años después de su ingreso en el club, el Este apenas alberga organismos europeos y Bratislava se ha movilizado para aglutinar el voto de sus vecinos.
Milán y Bratislava, favoritas a conquistar la EMA, que abandonará Londres como consecuencia del Brexit
También Amsterdam llega a la fase final del proceso bien situada.
El complicado sistema de voto que se aplicará para tomar la decisión, con ecos de Eurovisión, favorece a las candidaturas con más capacidad para generar alianzar regionales, como ocurre con el festival musical. La decisión se tomará a primera ahora de la tarde mediante, como máximo, tres rondas de votaciones. En la primera, cada país dará tres, dos y un punto, según sus preferencias, a tres ciudades. El voto será secreto. Los países deben emitir los tres votos a los que tienen derecho (no vale hacerlo sólo por una candidatura, la propia, por ejemplo), aunque esto pueda llevar a votos tácticos que hagan pasar a la segunda fase a ciudades mal preparadas desde el punto de vista técnico.
Si en ese momento, alguna recibe ya los tres puntos de 14 países (de un total de 27 votantes) será elegida de inmediato, algo poco probable. De lo contrario, las tres con más puntos pasarán a la siguiente ronda, en la que sólo se podrá votar por una candidatura. Si alguna conquista 14 votos, será elegida ganadora. Si no, las dos más votadas pasarán a la tercera y definitiva ronda. En caso de que algún país se abstuviera, podría haber empate. La solución prevista para este caso es echarlo a suertes. Cada ronda durará alrededor de dos horas, lo que dará tiempo a negociaciones de último minuto entre los países entre voto y voto.